Carta del periodista Josele Sánchez al director de AD
Josele Sánchez.- Querido Armando, el próximo viernes 25 de noviembre (“curiosamente” coincide con el Día Internacional contra la violencia hacia la mujer”) seré juzgado por “el caso de La Manada”, con peticiones de cárcel (entre años de cárcel y multa que se paga con euros de prisión por día ya que soy insolvente) que superan los diez años lo que, evidentemente, no es ninguna broma…
Respecto al escrito de acusación que te adjunto destaco dos hechos fundamentales:
1.- Revelación de Secretos: ¿Se puede acusar a un periodista de cumplir con su trabajo? ¿No es obligación del periodista revelar secretos de interés público? ¿No es periodismo “contar lo que ocurre y que otros no quieren que se sepa? ¿No era de interés público un caso (el denominado “La Manada de Los Sanfermines que abría todos los informativos de radio y televisión, que ocupaba portadas a cuatro columnas de los diarios, que movilizó a decenas de miles de mujeres en toda España bajo los lemas “yo sí te creo” y “no es abuso, es violación? ¿Cómo sabían miles y miles de mujeres en España que no era abuso sino violación y como podían creer e la “supuesta” víctima si no habían visto el vídeo con las imágenes ni habían leído la sentencia?
2.- Delito contra la integridad moral: ¿Puede acusarse a un periodista por un “artículo de opinión” de un delito contra la integridad moral? ¿Sabe distinguir el Ministerio Fiscal entre Opinión e Información? ¿Es un delincuente contra la integridad moral el periodista que ejerce su derecho a “opinar” si su opinión es disidente de la opinión mayoritaria de la opinión pública? ¿Es acaso el periodista culpable no de sus afirmaciones expresadas como “opinión” sino de la propia naturaleza de los actos sobre los que opina?
3.- Delito contra la integridad personal: ¿Puede considerarse intromisión en la intimidad o la integridad personal de alguien el ejercicio periodístico de opinar sobre un caso de la máxima relevancia pública y sobre sus protagonista.? ¿Se desvían las opiniones (expresadas en dos artículos de opinión debidamente encasilladas en la sección de opinión de un diario digital) de los hechos que se juzgan y que han provocado la reacción de miles y miles de mujeres? ¿Habla el periodista acusado de alguna cuestión privada de los protagonistas del suceso diferente a lo concerniente al acto protagonizado?
4.- Delito contra la integridad moral: ¿Sólo puede ejercer el derecho a opinar de un periodista si su opinión coincide con los valores morales de los actores del suceso sobre el que opina? ¿Atenta contra la integridad moral quien defiende en su opinión unos valores morales completamente distintos y distantes de los actores del suceso (de máximo interés público, repito) del que está opinando.
Por estos hechos ya fui detenido de manera irregular, conducido esposado a los calabazos sin que ninguna asociación de prensa (ni siquiera la de periodistas cristianos a la que pertenecía) elevara ninguna protesta y con la única solidaridad pública de cuatro periodistas (entre los que te agradezco que te destacaras principalmente).
¿Qué hubiera ocurrido si el periodista fuera miembro de la progresía informativa apesebrada al amparo y cobijo del sistema? ¿Cómo habrían saltado asociaciones de prensa, periodistas VIPs y medios de comunicación del sistema si mis opiniones hubieran sido de defensa de una mujer que pretende abortar o de un enfermo que solicita la eutanasia?
Indudablemente es este un juicio político y se trata de una denuncia absolutamente ideológica.
Las feministas de Cartagena ya se están movilizando enredes sociales para presionar sobre el tribunal repitiendo la campaña difamatoria y la persecución que sufrí en su día, con grandes carteles con mi fotografía y el texto ¡VIOLADOR! en todas las marquesinas de autobuses de Cartagena, manifestación de los estudiantes de instituto pidiendo mi encarcelamiento y bombardeo de mensajes en redes sociales a mi hija diciéndole qaue su padre era un violador (?).
¿Cómo habría actuado el tan corporativista oficio del periodismo si fueran misa ideas de izquierda, defensoras de la ideología de género que mantienen todos los medios de comunicación y todos los más famosos articulistas y contertulios de España?
En consecuencia el próximo viernes 25 estoy seguro que seré condenado prácticamente sin que se me permita, siquiera, defenderme ante el tribunal. De hecho toda España (políticos, jueces, fiscales y medios de comunicación) conocen perfectamente que los condenados de “La Manada” (en segunda sentencia y a petición del público) han sido víctimas de una sentencia ejemplarizante (la justicia tiene que ser justa, no adoctrinadora) para imponer la perversa agenda de género y de persecución del varón. Seré condenado porque un miembro del gobierno, nada menos que la ministro de igualdad, ha manifestado que “la justicia debe ser feminista”, algo que choca frontalmente con el propósito de toda acción y resolución judicial que debiera ver el de ser justa independientemente de condicionantes políticos, ideológicos o religiosos.
Te hago llegar los tres archivos en los que aparece la munición con la que seré ejecutado el próximo día 25. Sé que eres de los poquísimos periodistas honorables y que compartes por ello conmigo la persecución judicial de carácter absolutamente ideológico, es decir, la persecución política a un periodista en un Estado de Derecho que se supone consagra la libertad de expresión, la libertad de información la libertad de prensa como supuesta garantía máxima del ejercicio y cumplimiento del resto de libertades teóricamente consagradas en nuestra perversa y pervertida Constitución.