¿Hacia una democracia no liberal en España?
Europa estaría sufriendo una aguda crisis identitaria agravada por el triunfo del Brexit y por el “proceso de balcanización europeo” ideado por EE.UU. para mediante el conflicto ucraniano, la crisis de los refugiados y la aparición de Gobiernos autocráticos provocar el declive de los valores democráticos.
La autocracia sería una forma de Gobierno ejercida por una sola persona con un poder absoluto e ilimitado, especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal) que partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista con claros tintes totalitarios (inflexible, xenófobo y autoritario), lo que confirma el aforismo de Lord Acton “El Poder tiende a corromper y el Poder absoluto, corrompe absolutamente”.
La autocracia sería pues una especie de dictadura invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder) basadas en el control absoluto de los medios de comunicación y la censura y desprestigio social de los individuos refractarios al mensaje del líder, de lo que sería paradigma el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Dicho político habría convertido a Hungría en la primera autocracia europea o “democracia no liberal”, doctrina que por mimetismo adoptarán el resto de países del Grupo de Visegrado ( Eslovaquia y Chequia) y que sería el espejo de un partido otrora partidario de la democracia liberal como el PP de Feijóo.
¿Hacia una democracia iliberal?
Vox habría devenido en un agente patógeno que podría arrasar con los principios de la sui generis democracia formal española al poseer un ADN dotado de la triple enzima tardofranquista (mantenimiento de la unidad indisoluble de España, control estricto de la inmigración y retorno al pensamiento único heteropatriarcal) y que implementará “la democracia no liberal” en el supuesto de alcanzar el Poder en coalición con un PP que se habría contagiado de las bondades de la democracia no liberal de Orban.
Así, vista su incapacidad para forzar unas elecciones anticipadas, el PP habría decidido implementar un golpe de mano judicial sirviéndose de la mayoría conservadora en los principales órganos judiciales. Dicha ofensiva empezó con la declaración en rebeldía de los jueces conservadores y su negativa a renovar tanto el CGPJ como el TC y habría alcanzado el paroxismo con la reciente anulación por un TC con 4 de sus miembros caducados de la reforma del Poder Judicial emprendida por el Gobierno de Sánchez.
Dicha trama se habría cocinado en los fogones de la Fundación FAES presidida por el ínclito Aznar y tendría como objetivo confeso paralizar toda iniciativa legislativa del Congreso para generar un caos institucional que desemboque en unas Elecciones Generales anticipadas en la certeza de que podrá lograr una mayoría absoluta contando con el apoyo de Vox.
Así, una hipotética mayoría electoral de PP y Vox en las próximas Elecciones Generales se traducirá en una feroz ofensiva recentralizadora que supondrá la progresiva asunción de las actuales competencias autonómicas (Sanidad, Educación, Policía y Prisiones) por el Estado Central y la posterior implementación de una democracia no liberal que beberá de la fuentes del centralismo bonapartitsta y del paternalismo de las dictaduras blandas.