Tengo sentimientos encontrados
Cuando escribo estas líneas, 29 de diciembre de 2022, estamos a pocas horas de abandonar 2022. Echo la vista atrás y siento una profunda tristeza por el casi medio centenar de mujeres asesinadas en España, por lo que algunos llaman “el machismo”, «violencia machista», o de «género».
Exactamente, en lo que va de año, han sido 47 mujeres muertas en disputas con sus esposos, novios, compañeros… aproximadamente la mitad de ellas de nacionalidad española.
Siento una profunda tristeza por la muerte de más de 1000 mujeres por disputas conyugales habidas en España, desde el año 2003… Desde entonces se vienen “contabilizando”, por parte de algunos organismos oficiales, las muertes de mujeres en el ámbito conyugal, doméstico, “de pareja”; o sea, desde hace 19 años.
Obviamente, no se puede olvidar que las muertes se han producido a lo largo de diecinueve años, o sea, durante seis mil novecientos treinta y tres días … en una nación de cuarenta y siete millones y medio de habitantes… lo cual, si tenemos en cuenta el número de personas que han muerto durante esos dieciocho años por múltiples causas, de forma violenta, es una cifra anecdótica:
Según el Ministerio de Sanidad, cada año mueren en España más de 60.000 personas como consecuencia del consumo de tabaco.
En España, cada año ocurren más de 13.000 muertes debido al consumo de alcohol, no relacionados con accidentes de tráfico. A lo cual habría que sumar los dramas familiares que se producen en la mayoría de los casos: alrededor de 300.000 alcohólicos de edades comprendidas entre 19 y 28 años.
Según datos de la Dirección General de Tráfico, en España se producen anualmente alrededor de 90.000 accidentes de carretera, con aproximadamente 135.000 víctimas de las que más o menos 4.000 son con resultado de muerte. 15 veces los fallecidos en los atentados del 11 de marzo de 2004, algo así como si cada mes hubiese un atentado de similares características.
Según datos de Cruz Roja Española, cada año más de 700.000 niños españoles menores de 15 años sufren accidentes en el ámbito familiar. De los que alrededor de 1.000 son con resultado de muerte. Esto nos lleva a la conclusión de que todos los días los programas informativos de radio, televisión y periódicos diarios deberían informar de un par de menores fallecidos por accidente doméstico.
Según la Oficina del Defensor del Paciente, cada año mueren en España entre 500 y 600 personas debido a negligencias médicas… Si por cada queja de cualquier paciente, la policía procediera a la detención de los médicos, en los centros penitenciarios pasaría a haber tantos médicos como en los centros hospitalarios.
Los Anuarios del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales afirman que, cada año suelen producirse en España cerca de 1.000.000 de accidentes laborales (declarados), de los cuales alrededor de 1.000 acaban con víctimas mortales.
Y, por otro lado, a los medios de manipulación de masas (¡Será casualidad!), se les olvida constantemente decir que España es uno de los lugares del mundo en los que existe menos mortandad de mujeres en el ámbito familiar, por disputas conyugales. España -desde hace décadas- es el lugar donde menos mujeres son asesinadas por sus esposos, novios, compañeros… de la Unión Europea. Es más, los medios de información, creadores de opinión y manipulación de masas no dejan de repetir que los «feminicidios», la «violencia machista», etc. no para de aumentar, cuando sucede -afortunadamente- todo lo contrario.
También se les olvida -¿Otra casualidad?- decir que, aproximadamente la mitad de los varones que han ejercido violencia con resultado de muerte sobre sus esposas, novias, etc. en territorio español, son extranjeros.
Lo primero que hay que decir es que, no es cierto que se comenzara a contar el número de mujeres violentadas con resultado de muerte a partir de 2003.
En España se viene contando, registrando, la violencia doméstica desde 1997. Por entonces el número de adultos muertos por disputas conyugales (generalmente gente que se lleva mal y está en proceso de ruptura de pareja) rondaba la cifra de cien anuales, de los cuales entre el 55 y el 65 por ciento eran mujeres y el resto hombres… Ese “tono” se mantuvo durante años, hasta que el Gobierno Socialista de Rodríguez Zapatero decidió la regularización masiva de los extranjeros que estaban en España de forma “ilegal”, aproximadamente 5 millones de personas. Aquello supuso que se produjera una subida y el número de muertes de personas adultas en el ámbito familiar se “disparara” hasta 132.
Sin duda hay que sentir una profunda tristeza por el casi medio centenar de mujeres asesinadas por sus esposos, novios, compañeros… cada año en España.
Pero, aunque el coro de trovadores y aduladores del gobierno y las asociaciones de “mujeres” -todos ellos regados generosamente con dinero de nuestros impuestos-, tengan memoria selectiva, también hay que sentir una inmensa pena por los cerca de 30 hombres asesinados por el “hembrismo” año tras año.
Igualmente siento un profundo horror por los niños y niñas asesinados por sus madres y sus padres en este año que acaba de finalizar. Claro que, también (¡Será casualidad!) los trovadores y aduladores del gobierno y las asociaciones feministas de “género”, generosamente subvencionadas, también se han olvidado de decir que más de las dos terceras partes de los menores asesinados lo han sido por sus mamás…
Siento, también, una inmensa tristeza por las aproximadamente 700 mujeres que se han suicidado en lo que va de año.
Pero, también tengo una inmensa pena por los casi 3.000 hombres que se han suicidado en 2022, de los cuales un millar -1.000- se suicidaron tras sufrir denuncias falsas por maltrato, después de ser desahuciados de sus casas y ser apartados de sus hijos…
Finaliza 2.022, y tampoco me puedo olvidar, me produce una enorme tristeza la muerte de ancianos y ancianas en el ámbito familiar, de los cuales más de las dos terceras partes fueron asesinados por sus nueras o/e hijas…
Tampoco podemos olvidar a los ancianos y ancianas que sufrieron maltrato y abandono y murieron víctimas del covid19 durante los años de «la pandemia», por la negligencia criminal de las diversas autoridades que, debieron haber puesto un celo especial, al ser las personas más vulnerables y en mayor situación de riesgo…
También me resulta difícil mirar hacia otro lado, no sentirme concernido, conmoverme y sentir una tremenda tristeza por las personas españolas sin hogar, alrededor de 25.000, de las cuales el 82,7% son hombres y el resto mujeres. Habiendo más de 4 millones de casas vacías.
Y si hablamos de otro drama: la prostitución, también siento pena y tristeza por las mujeres que son obligadas a prostituirse.
¡Casualmente, las asociaciones “de mujeres”, sus trovadores y el gobierno se olvidan de que también hay hombres que se ven obligados a prostituirse!
Siento una inmensa pena y tristeza por las personas muertas en España, durante 2022, por envenenamiento “accidental” de las cuales el 80% han sido hombres, y el resto -20%- mujeres, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
También es difícil que me olvide, y también me suscita una enorme tristeza el que miles de niñas y niños sean condenados a ser huérfanos de padre, por habérsele concedido a sus madres, la guarda y custodia exclusivas -y excluyentes- tras el divorcio, durante este año 2022 que estamos a punto de dejar… por parte de los jueces y fiscales, expulsando a sus padres de su vida cotidiana y evitando que puedan participar en su educación y crianza.
Tampoco puedo olvidarme, y me causa una profunda pena que, en España, durante 2022 hayan sido abortados alrededor de 100.000 niños y niñas… mientras hay españoles que viajan al extranjero a adoptar a menores huérfanos; mientras la población española es una de las más envejecidas del mundo, habiéndose llegado a una situación tal que casi se pueda afirmar con rotundidad que caminamos al suicidio como nación.
Y, como no todo pueden ser penas; siento una profunda alegría pues, aunque España posee la legislación más divorcista del mundo occidental, la que más promueve la confrontación entre hombres y mujeres, la única que incita a las mujeres a repudiar y desahuciar a sus maridos, a denunciarlos falsamente por supuesto maltrato, y un largo etc. de canalladas; a pesar de todo España es una de las naciones donde menos violencia doméstica, intrafamiliar, conyugal existe.
Sí, me siento especialmente afortunado de vivir y formar parte de la Nación Española, pues España tiene el honor de ser uno de los lugares donde los hombres respetan más a sus esposas, novias y compañeras; tal es así que somos los últimos de la fila de los países de la Unión Europea. Siendo los países–supuestamente- más civilizados los que encabezan el ranking en violencia doméstica y conyugal: países nórdicos, Gran Bretaña, Alemania.
¡Sí, siento una enorme alegría pues durante el año 2022, que está terminando, la violencia en la que las víctimas han sido mujeres, y niños, y ancianos, y hombres adultos –que haberlos también los ha habido- afortunadamente ha sido muy escasa, casi anecdótica… motivo por el cual nos debemos sentir afortunados!
Y, ya para terminar, les recomiendo que busquen en internet «500 RAZONES CONTRA UN PREJUICIO», análisis comparativo -realizado por Javier Alvarez Deca en 2014- de una recopilación de estudios internacionales sobre la violencia en la pareja.
En este trabajo se presentan los resultados de 500 estudios empíricos sobre la violencia perpetrada o sufrida dentro de la pareja heterosexual, que ponen de manifiesto que la violencia es simétrica y de doble sentido. Y se concluye que las políticas predominantes sobre violencia doméstica, basadas en el prejuicio del modelo unidireccional (hombre perpetrador y mujer víctima), desconocen la mitad del problema y son resultado de ideas preconcebidas incompatibles con los datos objetivos que aportan las investigaciones científicas…