El príncipe Harry dice que mató a 25 talibanes durante la guerra en Afganistán y que no los veía como “personas”, sino como “piezas de ajedrez”
Oriana Rivas.- Desde que la reina Isabel II falleció en septiembre de 2022, los escándalos explotaron en la familia real británica. Parece que la monarca era la única que lograba poner límites entre los miembros de su familia y la opinión pública. Pero ahora que no está, el príncipe Harry, hijo del rey Carlos III y la fallecida princesa Diana, lanzó una confesión que lo relaciona con los talibanes en Afganistán. Lo que hizo fue tender la alfombra roja para otro problema geopolítico con los extremistas.
Varios países occidentales aún no terminan de resolver las consecuencias de la retirada estadounidense de Afganistán. Los ciudadanos de ese país están sometidos por los talibanes y el país no tiene recursos económicos suficientes. Sin acceso a la salud, educación y alimentación, adultos y niños padecen. A eso hay que sumarle que el príncipe Harry reveló cuántos talibanes asesinó mientras estuvo en el ejército británico.
El actual duque de Sussex lanzará en los próximos días su autobiografía titulada Spare. Allí, entre escándalos familiares y otros relatos, confesó que mató a 25 talibanes cuando se desempeñaba como piloto de helicóptero durante la guerra en Afganistán. No conforme con eso, escribió que no los veía como “personas”, sino como “piezas de ajedrez”, adelantó The Telegraph.
«En verdad, no puedes lastimar a las personas si las ves como personas. Eran piezas de ajedrez sacadas del tablero, los malos eliminados antes de que mataran a los buenos», afirmó.
Respuesta talibán
A partir de esa revelación, las críticas comenzaron a llover, sobre todo de parte del régimen islámico. Anas Haqqani, ministro del Interior y líder de la Red Haqqani, grupo guerrillero ligado a Al Qaeda, respondió en Twitter.
«¡Señor Harry! Los que mataste no eran piezas de ajedrez, eran humanos», fue parte del mensaje del líder talibán. Agregó que aunque «fueron piezas de ajedrez para sus soldados, líderes militares y políticos», el duque de Sussex quedó derrotado «en ese ‘juego’ de ‘cuadrado’ blanco y negro».
«No espero que la Corte Penal Internacional te convoque o los activistas de derechos humanos te condenen, porque están sordos y ciegos para ti. Pero ojalá estas atrocidades sean recordadas en la historia de la humanidad», añadió.
Con la respuesta, se hace evidente que la confesión del hijo del rey Carlos III despertó las molestias de los talibanes, menos de dos años después de terminada la guerra donde precisamente participó Reino Unido por ser parte de la OTAN.
Alarma en los cuarteles
Lo que probablemente no tuvo en cuenta el príncipe Harry es que más allá de su libro y las confesiones que hace por resentimientos familiares, lo que puede causar es un problema político e internacional. Ben McBean, ex comandante de la Marina Real británica le pidió al duque de Sussex hacer silencio y lamentó que hiciera ese tipo de revelaciones sobre muertes ocasionadas, las cuales violan «reglas no escritas».
«Me pregunto por qué está haciendo esas cosas. Los verdaderos soldados tienden a rehuir… La gente que conozco no se jacta de esas cosas. Más bien lamentan haber tenido que hacerlo», dijo por su parte a Daily Mail el parlamentario Tory Bob Stewart.
Otro punto importante es que al ser Harry una figura pública, los extremistas islámicos lo pueden tomar como blanco de ataques. Para completar el escenario, el duque ahora vive en Estados Unidos luego de separarse oficialmente de sus deberes reales. Es decir, el país gobernado por Joe Biden entraría en otro conflicto tras un hipotético ataque. Un militar declaró a BBC que los comentarios del hijo de la princesa Diana eran «muy poco parecidos a los de un soldado».