Reyes magos de Oriente y ordinarios de Occidente
Por Alfonso de la Vega*.- La festividad de Reyes se encuentra preñada de nostalgia por un tiempo precioso lleno de amor y bondad. Cuando yo era niño vivía en el madrileño barrio de las Letras, en la calle del Amor de Dios, cerca de la Real Academia de la Historia. Un nombre muy bonito y, si no inabarcable, al menos, descomunal para una calle tan pequeña. En Madrid no es la única calle con tal paradójico desequilibrio entre concepto y tamaño; así, por ejemplo, la calle Libertad. No sé por qué será.
También les hacía ilusión a mis padres, que en tal noche mágica salían a cenar con amigos, mientras mi hermana pequeña y yo quedábamos al cuidado de mi abuela tomando el roscón. Cuando, pese a la ansiedad, a nosotros ya nos había vencido el sueño, a su regreso de la cena tras dar una vuelta por la Plaza Mayor paseando para hacer tiempo por una ciudad mucho más entrañable que la de ahora, era el esperado momento de la colocación de los juguetes y obsequios; y del platito con mazapán de Mora y las copitas de bebida para reyes, pajes y camellos. Y por la mañana, la emoción de comprobar la generosidad de SS MM, abrir paquetes y elegir con qué jugar primero.
“Los reyes son los padres”. Con tan desconcertante, y al principio terrible descubrimiento, acababa una etapa de feliz inopia infantil pero abría la de complicidad con el disimulo a favor de los hermanos más pequeños.
Mucho tiempo ha pasado desde entonces, aunque quedan los recuerdos, los fantasmas, de una etapa que ya se fue. Siempre, mientras viva, en mi corazón republicano quedará la emocionada gratitud a los Reyes Magos de Oriente, forma magnífica y preciosa del amor paterno filial.
Algunos adultos incluso de edad provecta sustituyen a los Reyes Magos por los Borbones, y con la ingenuidad de niños o la astuta granjería de mercaderes, aún quieren creer en ellos como generosos entes benefactores, amantes y protectores de la Patria y de la gente. Pero volviendo a la vida, más allá de la magia, nos queda la duda de que la Monarquía realmente existente sea un hecho benéfico. Tenemos algunas pistas. Contra la Monarquía ya trataba de prevenirnos la misma Biblia. La Palabra revelada en el Antiguo Testamento nos explica que Yahvé Dios ya se oponía en el I libro de Samuel a que su pueblo elegido nombrara un rey. Y, en efecto, a los israelitas el rey Saúl les salió rana, como era de esperar, porque nadie ni tan siquiera el pretendido pueblo elegido es capaz de escarmentar en cabeza ajena, ni menos con esto de la superstición de los reyes.
Hoy, el mejor acierto hasta ahora del lamentable Gobierno de Su Majestad creo que ha sido denunciar la hipocresía no exenta de crueldad de don Felipe con su padre, al mandarlo al exilio lejos de España, en Oriente, pero no en el mágico sino en el más vulgar de tierras de infieles. En efecto, el ministro de Presidencia del Gobierno de Su Majestad, Félix Bolaños, ha terminado por declarar lo que ya pensábamos:
“Creo que es una decisión personal que él tomó y el Gobierno ahí tiene muy poco que decir”. Y aclara que el Ejecutivo “en esta materia” ha ido “siempre de la mano de la Casa Real. El Gobierno ha insistido todo este tiempo en que la decisión del eventual regreso del que fuera rey de España durante casi cuatro décadas le corresponde al actual monarca y a su padre”.
De modo que si tales declaraciones se correspondiesen con la verdad, el ministro Bolaños habría quitado la careta de amante hijo a don Felipe al que, según versión oficial de Palacio, no le quedaba más remedio que desterrar a Su padre por imposición gubernamental. Que el partido de Roldán, FILESA, los Guerra, los pellones, los ERE, o los Puchi valencianos o …, se atreva a protestar por la corrupción ajena recuerda lo de la viga en el ojo propio. O al Lazarillo comiendo las uvas de tres en tres.
Sin embargo, cabría preguntarse el motivo u oportunidad de estas reveladoras declaraciones gubernamentales que dejan en un lugar tan equívoco a don Felipe. Pero no sería el único caso histórico. Entre Borbones, las disputas entre padres e hijos son casi naturaleza consustancial con la dinastía. ¿Los reyes son los padres? ¿Qué decir de las sospechosas descendencias de las reinas María Luisa de Parma o de Isabel? ¿Se comportan con amor paterno filial?
Las tristemente célebres Capitulaciones de Bayona constituyen un ejemplo, acaso el más bochornoso, digno de toda una antología mundial de la infamia, de las pugnas entre don Carlos IV y su atribuido hijo Fernando VII. Pero hay muchas, las más recientes entre don Alfonso XIII y sus hijos. O luego entre don Juan y don Juan Carlos. Y ahora la de este con don Felipe. No se espera, aunque nunca se sabe, que de momento don Juan Carlos se una a la mágica comitiva de SS MM de Oriente. Debido a su avanzada edad esperemos que pueda hacerlo aún con vida. Ojalá sea así, pues su muerte en el exilio debido a la voluntad de su hijo sería otro escándalo mayúsculo.
Es preciso reconocer que naturaleza esencial de la Monarquía es el nepotismo. Los tronos se heredan de padres a hijos por privilegio de linaje, sin que medie mérito o preparación alguna por parte de los beneficiarios.
Acaso por esta, entre otras razones, Restauración tras Restauración, siempre defraudan y fracasan.
*Ingeniero agrónomo y escritor
La monarquía tuvo su sentido durante ya la entrada Edad Media, como medio de unificación por las luchas de señores feudales para conformar una nación. Las bodas entre príncipes se efectuaban también como acuerdos diplomáticos entre casa reales. Hoy en día una monarquía herededitaria no tiene sentido, no hacen falta bodas entre casa reales, ni herederos príncipes. ¿Tiene algún sentido que Leonor se case con un futbolista o cualquier otro muchacho?. Va a aportar algo a las relaciones diplomáticas de España?. Pensándolo bien puede casarse con algún príncipe heredero Saudita, o marroquí, o de alguna nación africana. La monarquía está… Leer más »
Hay monarquias menos buenas, y hay monarquias Mas Malas,
a nosotros nos toco la segunda…
Falso: la Biblia no dice “rey solo hay uno”,
La monarquía está vigente en varios países europeos democráticos. La monarquía es un referente de la representación nacional y aporta estabilidad política. Es muy conveniente en estos tiempos de inseguridad.
Jesús es el” Rey de reyes y señor de señores ” ( Apocalipsis 19, 16 ) por tanto el único verdadero Rey.
Ésta familia son los reyes del espectáculo. No defrauda ni uno, ni ellos ni ellas.
Saludos.
Mejor: Los regalos los traen los Reyes de Oriente y os reyes desorientados…