Europa descuidó su seguridad y ahora está a merced de la OTAN y Estados Unidos
Mariano Yberry.- «Europa es un gigante económico, un enano político y un gusano militar». Esa frase, autoría del exministro de Relaciones Exteriores de Bélgica, Mark Eyskens, se acerca a la realidad en 2023.
Alemania es un botón de muestra. Sus fuerzas armadas atraviesan por una crisis institucional y armamentística. Su economía se debilita ante la posible desindustrialización y la crisis energética, problemas que hacen depender al país europeo de Estados Unidos, nación que encontró en la OTAN un mecanismo de expansionismo territorial sustentado en la Doctrina Truman y asegurado económicamente a través del Plan Marshall tras la Segunda Guerra Mundial.
Esa es la opinión de Ana Teresa Gutiérrez del Cid, analista geopolítica con especialidad en Europa del Este de la Universidad Autónoma Metropolitana de México (UAM), quien en una entrevista con Sputnik asegura que el debilitamiento político y militar europeo comenzó con la formación de la OTAN, ya que «Europa cedió su seguridad» ante una alianza que la protegía de un país y una ideología que hoy ya no existen (la Unión Soviética y su sistema comunista).
En este sentido, la internacionalista considera que la OTAN se convirtió rápidamente «en la punta de lanza de Estados Unidos en Europa», dejando al continente sin «ninguna independencia política».
«Podemos decir que Francia, Alemania y el Reino Unido dejaron de ser las grandes potencias que fueron en el siglo XX. En ese momento [la Segunda Guerra Mundial], Estados Unidos estaba en ascenso y, por lo tanto, vio la necesidad de tener un pie en Europa», explica Gutiérrez del Cid, autora de libros como El regreso de la geopolítica. Rusia y la reconfiguración del poder mundial (2016)y La Nueva Europa (2021).
La conquista de Europa
La OTAN surge en 1949 con la intención de formar una defensa en Europa ante el avance de la Unión Soviética y la ideología comunista, misma que movilizó a diferentes movimientos sociales, principalmente en Grecia y Turquía.
Sin embargo, para la experta, en tan solo unas décadas, la OTAN pasó a ser «una alianza defensiva a una alianza ofensiva» que ha debilitado la capacidad militar de los países europeos, es decir, la lucha contra el comunismo emprendida por Washington le permitió hacerse del control militar y político de Europa a través de la OTAN.
Parte de este fenómeno se observa en los gastos militares que los países realizan año con año, los cuales, según los estatutos de la alianza occidental, deben ser equivalentes o superiores al 2% del PIB de cada nación.
Tan solo en 2022, según las estimaciones de la propia OTAN, Estados Unidos aportó el 70% del presupuesto total del organismo con más 821.830 millones de dólares, mientras que Europa y Canadá aportaron, en conjunto, 368.045 millones de dólares.
El dominio del presupuesto estadounidense ha sido una constante histórica en la segunda mitad del siglo XX, al igual que la disminución de los recursos que Europa destina al presupuesto militar.
En 1989, año en que cayó el Muro de Berlín, Europa invirtió más de 571.000 millones de dólares en el ámbito militar, mientras que Estados Unidos invirtió 671.975 millones de dólares, de acuerdo con datos recopilados por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
Al pedante y engañoso exministro MARK EYSKENS, “representante” de las gentes de Bélgica y… comisionado de los contratistas de la OTAN, habría que preguntarle: ¿Suiza es es (sic) “un gigante económico, un enano político y un gusano militar”? ¿Cuánto dedican los habitantes de la “ejemplar” Suiza o los huéspedes del Wetiko (Roma) a ejércitos y armas de destrucción masiva? Basta con leer la obrita breve (‘La guerra es un Latrocinio) que el honesto general Smedley Butler escribió cuando se le cayó la venda al ver que habían dado el cambiazo a la República por una infecta Corporación. “Cada vez que… Leer más »