Por Josele Sánchez.- Además de la destrucción absoluta del concepto “familia tradicional” que ha venido siendo la célula básica de nuestra sociedad, uno de los objetivos prioritarios de la Agenda 2030 (esa satánica agenda que, supongo más influido por George Soros que por el Espíritu Santo, bendecía Bergoglio en el pleno extraordinario de Naciones Unidas con motivo del 70 aniversario de la creación de la ONU), la imposición doctrinal ¡desde la infancia! de que “el sexo no existe de manera natural” y de que “el género constituye una construcción cultural heredada del hereropatriarcado” son argumentos fundamentales de todo esta tormenta de mierda moral que se nos viene encima y que tiene, como proyecto inmediato la despenalización de la pedofilia y la normalización de la pederastia.

No se trata de opiniones radicales de este articulista: “los niños, niñas y niñes tienen derecho a tener relaciones sexuales con quien deseen siempre y cuando exista su consentimiento”, palabras claramente defensoras de la pederastia fueron pronunciadas por la ministro de Igualdad, Irene Montero y refrendadas posteriormente (de manera sangrantemente dolorosa para quienes somos católicos) por el secretario de la Conferencia Episcopal Española Luis Argüello y ponen en evidencia lo que ya es un escenario claramente defensor de lo que ahora denominan “libertad en las relaciones sexuales intergeneracionales”.

Esto de la manipulación del lenguaje para edulcorar su verdadero significado es todo un clásico en la Ideología de Género; así las cosas, al asesinato de un niño en el vientre de su madre ya no se le denomina aborto sino “interrupción voluntaria del embarazo” (como si una vez interrumpido pudiera posteriormente reanudarse), no utilizar los o las sino un nuevo artículo -no de creación de la RAE sino palabra parida por la propia cajera ascendida a ministro por su buen hacer hurgando en la bragueta del macho alfa de la Manada Podemita- el “les” (que es como hay que referirse a aquellos gilipollas que ni se sienten hombres ni mujeres sino, según la hora o el día de la semana se autoperciben como de un “género”o del otro), llamar “binarios” a lo que en español cañí de toda la vida de Dios se ha denominado “zumbados” o ahora denominar MATs (de las siglas en inglés) o su traducción al nuevo lenguaje inclusivo español a los que siempre han sido (y siempre seguirán siendo) sucios pervertidos sexuales a los que les gustan los niños, pederastas en su más exacta acepción en nuestro idioma pero que ahora, en aras a la corrección política, hasta la “derecha cobarde” y la “derechita valiente” ya denominan como “relaciones sexuales intergeneracionales”.

Así las cosas y en Castellón, sin ir más lejos esta misma semana, pasándose por el arco del triunfo del “Pacto del Botanic” una orden judicial, roban una niña a su madre para entregarla a una pareja de maricones (perdón, quise decir de “homosexuales”) y que ahora denominan “familia monoparental” a la sazón íntimos amigos de la abusadora sexual consorte y exvicepresidente de la Generalidad Valenciana, Mónica Oltra, un secuestro al margen de la justicia que hemos conocido gracias al buen hacer de la guapísima Cristina Seguí- (aquí sí me atrevo a piropear a la compañera de oficio a sabiendas de que, además de belleza, tiene la inteligencia suficiente como para no sentirse “agredida sexualmente” por mi halago a su belleza) que han participado en esta operación de sustracción de una bebé el presidente de lo que queda del Reino de Valencia, Chimo Puig y el exministro conocido por su afición a las putas, José Luis Ábalos.

Pero no sólo es que se saltan a la torera una orden judicial y entregan la niña en adopción a esta pareja de … “homosexuales”, no, es que además se trata de destacados dirigentes del colectivo LGTBI (lo que antes se denominaba “el lobby maricón”) y que esta hermosa pareja -ejemplo del nuevo modelo de familia a la que nos lleva esta Agenda 2030 con “bendición papal”- dedican parte de su tiempo a impartir talleres a niños de hasta 8 años sobre la “falsa construcción del género” y esas otras perversiones que ya contempla, de manera obligatoria, el ministerio de Educación con su asignatura de “Educación Afectivo-Sexual” otro blanqueado término para denominar a clases ¡repito, de asistencia obligatoria! en las que se enseña a niños ¡de entre 3 y 6 años! a estimular sus zonas erógenas y a niños de 14 años “talleres de masturbación individual”, “talleres de masturbación en grupo”, “cómo obtener placer con la estimulación anal”, “cómo introducir correctamente un condón” o “cómo hacer una felación”…

¿Se dan cuenta del disparate del que les estoy hablando? ¿Por qué no enseña personalmente la Montero a los cachorros que dio al macho alfa de La Manada Podemita a estimular sus zonas erógenas? ¿Qué van a hacer en los talleres de masturbación en grupo, poner a todos los adolescentes de 14 años (niños, niñas y “niñes” a hacerse pajas en medio de la clase?

Y en eso que llega “El Hombre del Saco”, el “malo, malísimo de los cuentos”, el “terror del Siglo XXI”, Vladimir Putin y en su esperado “Discurso sobre el Estado de la Nación” dice cosas tan disparatadas como que “en su país no es delito las relaciones entre personas del mismo sexo”, pero insiste en defender a los menores de la promoción de ese tipo de actos.

Dios mío, la que ha liado el terrorífico dirigente ruso defendiendo la inocencia de la infancia… Pero es que no se queda ahí y tan pernicioso personaje para la historia de la humanidad añade: “En Rusia no prohibimos nada, ni perseguimos a nadie. Sólo tenemos una prohibición de la publicidad homosexual” y claro, esto es una aberración que debe ser inmediatamente sancionada por el Tío Sam, por su sobrina la UE y hasta por el mismísimo Vaticano: ¡más armas para acabar con el dictador moscovita…! El lobby gay se echa las manos a la cabeza, la maquinaria internacional de Soros se pone en marcha y Europa en bloque debe defender la modernidad, la tolerancia y la democracia del mundo occidental frente a este tipo de declaraciones tan cargadas de odio y falta de empatía social.

Y para acabar de rematar la faena, nos sale Vladimir Putin diciendo: “En Rusia las leyes no prevén ninguna responsabilidad penal para las relaciones sexuales entre homosexuales. Nosotros no tenemos nada de eso, la gente puede sentirse libre y en paz, pero por favor dejen a los niños en paz”.

Ya ven este periodista, tan radical y tan exaltado como siempre, contraviene el “discurso único” y a gritos pide “Putin, por favor, invade también España”.