¿Por qué no pide el feminismo paridad en la construcción, las minas o el cuidado de las carreteras?
A Isa Aguiló, el amor de mi vida y mi principal fuente inspirativa.- ¿Por qué no pide el feminismo paridad en la construcción, las minas o el cuidado de las carreteras? El feminismo reclama igualdad o paridad en los puestos más cómodos y remunerados, pero no en los más duros y sucios. No en la construcción, las minas, el cuidado de las carreteras, los barcos…
El feminismo no persigue hoy la igualdad de derechos, conseguida hace tiempo, sino una irreal igualdad irreal biológica, psicológica y sexual. Esta rebelión contra la más evidente realidad solo puede generar histeria y pensamiento mágico, suponiendo que al cambiar el lenguaje o la ley se cambia la realidad.
El feminismo odia a los hombres por serlo al mismo tiempo que intenta asumir sus valores particulares. Pero odia y desprecia aún más a las mujeres por su papel maternal, por el mantenimiento del hogar y por la educación de los hijos, que entiende como maldiciones impuestas por el varón. Y pretende entregar dicha educación a funcionarios adiestrados en su ideología.
España es un país sumido, de facto, en una dictadura ideológica que ha asumido como propio el objetivo del feminismo antimasculinista consistente en castrar a los varones.
Y puesto que la castración anatómica es, por el momento, algo demasiado políticamente incorrecto de hacer, incluso para los grupos feministas más exaltados e influyentes, he ahí que han optado por un objetivo más lento pero igualmente efectivo: la castración anímica.
La castracion animica se consigue mediante la amenaza latente que supone la existencia de sentencias desproporcionadas que no hacen más que retratar la aceptación que la actual casta judicial ha hecho de la ideología feminista radical.
Más que igualdad, es supremacismo. Ahí tiene su origen algo tan lacerante como la presunción de inocencia que se ha arrebatado a los varones amén de su continua denostación, de ahí esa paridad de cuota, que no se argumenta en absoluto, supeditándolo todo a ese estúpido chascarrillo-mantra de “porque yo lo valgo”, de ahí esa insalvable incapacidad de entender correctamenye ,lo que es la mujer, para nada inferior al hombre sino parte sustancial, insustituible, imprescindible, indiscutible que, complementando al varon, constituyen el ser humano, y, formado por ambos, es la cumbre gloriosa de la Creación, Pero, afortunadamente, todavía hay mujeres… Leer más »
Muy de acuerdo contigo, María Luisa; llevo casado con la mía, María del Carmen, algo más de 55 años y siete meses y siempre complementándonos: ella conmigo y yo con ella.
Cordiales saludos