Pedro Ignacio Altamirano.- Damos por sentado que el instrumento político SUMAR de Yolanda Díaz es la muleta izquierda del PSOE, lo que no imaginábamos es que existiera la muleta derecha. La verdad es que mucho lo intuían, pero la tragicomedia lorquiana, con todo los respetos a la obra del inmortal granadino Federico García Lorca, en la que la formación políticas VoX, de una presunta extrema derecha, deja a las claras que sí, que ellos son la “otra” muleta del PSOE para seguir desgobernando España.

He querido esperar a que pasaran unos días para asentar las ideas, y no escribir en caliente, sino desde la reflexión, por ello no perderé el tiempo en repasar lo que se pudo ver por televisión: la intervención del profesor Ramón Tamames.

Un discurso fuera de tiempo, más digno de la España de los años 70 que de la España del bien entrado el siglo XXI, mucho menos de una juventud, que todo lo escuchado le suena a “chino mandarín”. Tampoco en comentar los interminables y soporíferos monólogos del Presidente Sánchez que nos hizo pensar, en cuanto sufrían los cubanos o venezolanos aguantando horas y horas de verborrea castrista o chavista. Inaguantable todo. Insufrible.

Esta estratégica, del todo antipatriótica de VoX, que facilita el horror de gobierno que soportamos pueda repetir legislatura, con tal de arrancar unos votos del Partido Popular, va en contra de toda lógica política, ideológica y, si me apuran psicológica. El único sentido que puede tener es que los “gerifaltes” de VoX, cada vez más solos, hayan pactado con el PSOE la estrategia anti Partido Popular. No queda otra, no hay otra lógica.

Lo que no saben los que quedan en VoX es que, cuando se pacta con el Diablo, éste, siempre se cobra la factura y reclama el alma, en este caso el alma política, que no es otra que mantenerse en el poder gracias al apoyo de la que se “suponía” derecha más extrema. VoX no solo no arrancará voto alguno al Partido Popular, sino que caerá víctima de su sinrazón, falta de coherencia política y moral.

Pagará tan caro su alma, como al último que se la vendió al PSOE, un tal Pablo Iglesias de “Pudimos y la jodimos”. Todo el que se arrima al PSOE termina englutido como terminan los pretendientas de las “mantis religiosa”. Pero esto ya lo anticipé en este mismo digno y libre diario en otros artículos anteriores. Al PSOE ya se le hace la boca agua con la próxima víctima a devorar.

No creo que los que dirigen VoX tengan la mínima inteligencia como para pedir disculpas al conjunto de pueblo español por el espectáculo que tanto denigra la sede de la soberanía nacional, esa con la que tanto se les llena la boca, pero que a la hora de la verdad no ha dudado en mancillar. Mucho menos en reconocer que se han equivocado de forma irresponsable en la tragicómica puesta en escena. Repito, es tan esperpéntico todo, que la única razón que encuentro es el pacto con el PSOE a cambio de unas calderillas de nada.

En cuanto al Partido Popular sólo he de decir que hicieron mal en abstenerse. Yo, con absoluta sinceridad, es que ni hubiese participado del circo organizado. El Congreso de los Diputados está para hacer política, no para obras malas de teatro, y ni mucho menos de circo de tres pistas.