Inteligencia artificial, al servicio de los demócratas, puede destruir a la civilización
Raúl Tortolero.- Elon Musk, una de las personas más informadas del planeta en el tema de la inteligencia artificial, a la que conoce de primera mano, se lo dijo directo a Tucker Carlson este lunes 17 de abril en su programa especial de la noche, en Fox News: la IA sí puede lograr destruir a la civilización. Y algo más, añadido por el líder de opinión de la cadena informativa: por ahora, la IA trabaja a las órdenes de miembros del Partido Demócrata.
Tan es así, que el multimillonario originario de Sudáfrica, dueño de Twitter, de Tesla, de Space X y de Neuralink –quien se ha venido recorriendo políticamente en muchos enfoques hacia la derecha, alejándose de los lunáticos woke–, ahora está desarrollando una nueva inteligencia artificial, pero una que no sea sólo un instrumento de los radicales de izquierda, sino que esté al servicio de la verdad.
De ahí que su nombre sería Truth GPT, que no puede sino recordarnos a Truth Social, la red social creada por el expresidente Donald Trump tras ser cancelado en 2020 de todas las compañías del big tech con perfil progresista, que siempre lo han tomado como enemigo.
“Voy a comenzar algo que llamo Truth GPT, o una IA máxima que busca la verdad y trata de comprender la naturaleza del universo”, aseguró Musk. Creo que este proyecto “podría ser el mejor camino hacia la seguridad, en el sentido de que una IA que se preocupa por comprender el universo es poco probable que aniquile a los humanos porque somos una parte interesante del universo”, consideró.
Musk es cofundador de la empresa OpenAI, que desarrolló ChatGPT. Sin embargo, la abandonó a inicios de 2018, en el contexto de diferencias con Sam Altman, su CEO en el presente.
Elon Musk declaró que la IA está siendo entrenada para falsear la verdad, para que no refleje lo que los datos indican.
“Lo que sucede es que están entrenando a la IA para que mienta. Es malo… (La entrenan para) comentar sobre algunas cosas, y no comentar sobre otras cosas. Pero no para decir lo que los datos realmente exigen que diga”, reveló.
Y añadió que la IA es más peligrosa que, “digamos, el diseño o el mantenimiento de la producción de aeronaves mal administrados o la mala producción de automóviles”, porque posee el potencial para “destruir la civilización”, dijo a Tucker Carlson.
La percepción de Musk no es aislada. Hay una serie de expertos en IA, y entre ellos está Steve Wozniak, cofundador de Apple, que buscan que se “pause” de inmediato el entrenamiento de la IA, al menos por los siguientes meses, de todos los sistemas que sean más potentes que el GPT-4, por considerar que representan un peligro para la humanidad.
Aquí reproducimos un fragmento de su carta:
“Los sistemas de IA con inteligencia humana-competitiva pueden plantear riesgos profundos para la sociedad y la humanidad, como lo demuestra una extensa investigación y es reconocido por los principales laboratorios de IA. Como se establece en los Principios de IA de Asilomar, ampliamente respaldados, la IA avanzada podría representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra, y debe planificarse y administrarse con el cuidado y los recursos correspondientes. Desafortunadamente, este nivel de planificación y gestión no está ocurriendo, a pesar de que en los últimos meses los laboratorios de IA han entrado en una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender, predecir o controlar de forma fiable”, advierten los científicos.
La carta amplía aspectos sobre lo que dijo Elon Musk a Tucker Carlson en Fox News, en cuanto al mal uso que se le puede dar a la IA, con fines políticos, electoreros y de poder y control social, algo de lo que se estarían ya valiendo en el Partido Demócrata, y que podría ser un enorme factor en contra de los republicanos en las elecciones presidenciales en 2024. Y ya ni mencionar el uso que podría darle a esta IA el Partido Comunista de China, que de por sí ignora totalmente los derechos humanos. Y que está en pleno colonialismo rojo en todo el orbe, con su nueva ruta de la seda y con el Foro de Sao Paulo, Lula da Silva, la CELAC y el BRICS, como operadores.
“Los sistemas de IA contemporáneos ahora se están volviendo competitivos para los humanos en tareas generales, y debemos preguntarnos: ¿Deberíamos dejar que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y falsedad? ¿Deberíamos automatizar todos los trabajos, incluidos los de cumplimiento? ¿Deberíamos desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más inteligentes, obsoletas y reemplazarnos? ¿Deberíamos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización? Tales decisiones no deben delegarse en líderes tecnológicos no elegidos. Los sistemas potentes de IA deben desarrollarse solo una vez que estemos seguros de que sus efectos serán positivos y sus riesgos serán manejables. Esta confianza debe estar bien justificada y aumentar con la magnitud de los efectos potenciales de un sistema. La declaración reciente de OpenAI con respecto a la inteligencia general artificial establece que “en algún momento, puede ser importante obtener una revisión independiente antes de comenzar a entrenar sistemas futuros, y para los esfuerzos más avanzados para acordar limitar la tasa de crecimiento de la computación utilizada para crear nuevos modelos”. Estamos de acuerdo. Ese punto es ahora”, considera.
Finalizan con un preocupante como urgente llamado “a todos los laboratorios de IA para que pausen de inmediato durante al menos seis meses el entrenamiento de los sistemas de IA más potentes que GPT-4. Esta pausa debe ser pública y verificable, e incluir a todos los actores clave. Si tal pausa no se puede promulgar rápidamente, los gobiernos deberían intervenir e instituir una moratoria”.
El hecho de que pidan que los gobiernos intervengan en caso de que las empresas no quieran detener por su propia voluntad el desarrollo de la IA que va por un notorio mal camino, por uno sumamente peligroso, resulta hasta cierto punto ingenuo, porque justo son muchos gobiernos de izquierda posmoderna los que querrán contar con tan poderosa herramienta de propaganda y notas fake, con fines de control social.
La IA maligna, entonces, puede demoler los cimientos de la civilización completa. Pero antes, va a acabar con la democracia, con la libertad y con los derechos humanos, sustituyendo estos valores por dictaduras comunistas que devorarán los pilares de la cristiandad. Y así, la modernidad fue el hombre contra Dios. La posmodernidad es el hombre contra sí mismo. Pero el Apocalipsis será el hombre contra la máquina. Urge una nueva evangelización, el retorno de Dios a la cultura.