Crisis de orden público, seguridad e inmigración: las razones del revés de Boric en las elecciones constituyentes de Chile
En el turbulento ciclo que Chile ha vivido desde el estallido social de 2019, hay espacio para todo tipo de singularidades y fenómenos que hace años eran impensados. El Plebiscito constitucional de este domingo, que definió a los 50 consejeros constitucionales que redactarán una nueva Carta Magna, responde a esa dinámica y sus resultados estremecieron por completo el tablero político con un hito tan clave como sorpresivo: el Partido Republicano, férreo opositor a cualquier cambio en la Constitución, será quien posea el timón para elaborar una segunda propuesta de Ley Fundamental.
Si bien las proyecciones sobre un triunfo de ese sector eran mayoritarias, el alcance de su votación en diversas partes del país escapó de lo que advirtieron los sondeos. Con más del 95% de los votos escrutados, el Partido Republicano alcanzó un 35,68 %; el oficialista Unidad para Chile sumó 28,05 % y Chile Seguro llegó a 21,36 %. Más atrás quedó Todo por Chile, de centroizquierda, con 9,05 %, y en el último lugar el populista de derecha Partido de la Gente, que con un 5,3 % se transformó en la gran decepción de la jornada.
En una elección que dispuso de cinco listas en la papeleta -con dos conformadas por colectividades únicas como el Partido de la Gente y Partido Republicano y tres de bloques de partidos que se asociaron para la contienda- el triunfo de los liderados por el ex candidato presidencial José Antonio Kast fue tan rotundo que logró alcanzar 23 escaños y conseguir el quórum necesario para vetar cualquier norma y definir qué tipo de Constitución se redactará. A ello, en teoría, también se le podrían sumar los 11 delegados elegidos por Chile Seguro, de los partidos Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI), que le darán mayoría completa a la derecha.
Adherentes del Partido Republicano celebraron el arrollador triunfo en la elección de constituyentes. La colectividad de ultraderecha es reticente a cambiar la actual Carta Magna que rige el país desde el régimen de Augusto Pinochet.
Adherentes del Partido Republicano celebraron el arrollador triunfo en la elección de constituyentes. La colectividad de ultraderecha es reticente a cambiar la actual Carta Magna que rige el país desde el régimen de Augusto Pinochet.
“Lo más sorprendente es que este órgano podría quedar incluso a la derecha del Comité Comité de Expertos”, dijo el analista Axel Callis, en relación al grupo compuesto por 24 personas elegidas por las cámaras de Diputados y Senadores y que ya trabaja en la entrega de un anteproyecto y que cohabitará en el nuevo Consejo Constitucional, cuyo trabajo durará cerca de cinco meses y presentará un texto que enfrentará el plebiscito de salida para que la ciudadanía decida si acepta o no la propuesta de nueva Constitución del órgano. Este plebiscito será el domingo 17 de diciembre.
Seguridad y elección presidencializada
Dentro de las razones del triunfo del Partido Republicano asoman varios factores: desde la capitalización del descontento de la ciudadanía ante la crisis de orden público y seguridad que se exaltaron con los problemas de delincuencia e inmigración -que la colectividad siempre levantó como una bandera de lucha-, hasta la presidencialización de la elección, con un claro voto de castigo a Gabriel Boric.
“Todo proceso electoral es un barómetro del gobierno de turno y, pese a que fue una elección para elegir a representantes que redactarán una nueva Constitución, lo cierto es que hay un mensaje de crítica y reproche hacia la gestión del actual gobierno. Y ahora la ciudadanía chilena se decantó por opciones políticas que tienen mayor identificación con la necesidad de tomar medidas respecto al orden público que afectan al país”, aseguró a Infobae Paulo Pérez Villablanca, profesor de derecho constitucional de la Universidad de Valparaíso.
Para el gobierno de Boric los resultados fueron un mazazo rotundo y terminó desdibujado después de la jornada electoral, y con la certeza que no tendrá mayor influencia en el nuevo texto, una hecatombe para un grupo de líderes que surgieron de los movimientos sociales y que en el estallido social fueron protagonistas. Una segunda derrota para quienes encabezaron el primer proceso -en el que la izquierda copó esa asamblea y moldeó la propuesta de texto-, pero que terminó siendo rechazado por un 62% en el plebiscito de septiembre de 2022.
Las dudas en todo caso, ahora están vinculadas a la capacidad del gobierno de salir de este escenario y en cómo podrá sacar adelante su batería de reformas (tributaria, pensiones y salud) con un Congreso donde no tiene mayoría y una correlación de fuerzas que despedaza cualquier estrategia, lo que también lo empujarían a un nuevo cambio de gabinete y a la posibilidad de que los dos últimos años de gobierno lo conviertan en un mero administrador. “Para el gobierno esta elección termina siendo su peor pesadilla”, señaló el analista Axel Callís.
En una campaña, además, de bajísima intensidad, con un desconocimiento generalizado sobre los diversos candidatos, también hubo otros hechos llamativos como la debacle del populista Partido de la Gente, que naufragó con sus resultados y fue afectado por el caso de la candidata de sus filas que fue condenada por tráfico de drogas, y la numerosa cantidad de votos nulos y blancos, más de un 20% entre ambos, en un universo de más de 12 millones de sufragios.