No todo es “López Miras”
Recta final hacia la campaña electoral del 28M murciano. La Asamblea Regional de Murcia, sin duda, los que comen para trabajar por los murcianos, en estos cuatro años han vivido del cuento y nos han engañado una vez más respecto a lo que esperábamos. Seguimos estando por tanto en una Asamblea plagada de miras cortas creyendo que sus gentes de a pie son auténticos paletos. La culpa no la tiene sólo el Sr. López Miras, aunque la mayoría recae sobre él y su equipo. Los que llevan años viviendo a la sopa boba, a partir de los próximos 15 días querrán seguir vendiéndonos la misma burra y lo peor de todo es que algunos, llevados por el corazón, seguirán sumisos a que les sigan desmenuzando.
Está en la calle que muchos españoles ansían que los resultados en estas municipales-regionales deje a Pedro Sánchez en la cuneta, pero nada de esto quita un ápice a la gravedad de nuestra situación política en la mayoría de nuestras regiones. Vendemos “democracia” como si fuesen piruletas sin razón alguna. La democracia no sólo afecta a su legitimidad de origen, sino también a la de ejercicio. Se ha creído defender los derechos de los españoles a golpe de Boletines Oficiales sin contar con nadie y la división de poderes andan por los suelos y tanto es así que, por el bien de todos es necesario votar en libertad hoy más que nunca. Ni el Gobierno ni el Parlamento pueden vulnerar derechos, imponer la ideología a su libre albedrío, su versión de la verdad forjada en la Escuela de Fráncfort, una moral filosófica, histórica o científica anclada en el mundo arcaico y aliñada con aires de grandeza.
Poniendo los pies en el suelo, en nuestra región como en el resto, el mundo político está demasiado sobrevalorado en lo relativo a su influencia en la sociedad a través de los medios esenciales que posee el poder. Aunque aquí o allá pretendan ser arquitectos arbitrarios del orden social, estas pobres personas no están a la altura de los grandes líderes que hemos tenido en España si miramos atrás. La política del espectáculo les puede más que la razón y el abrirse en abanico hacia el bien común de la ciudadanía.
El Sr. López Miras y su séquito, al igual que el resto poseen otros grandes problemas que ni por asomo han descubierto aún en los cuatro últimos años. El estado de la vitalidad social, la disociación y los particularismos, hemiplejias morales, ausencia de proyectos de vida en común, la falta de minorías ejemplares y la falta de reconocimiento que reciben. A ello tendríamos que sumar, como causa de las grandes causas la indigencia intelectual y moral, el declive de la indigencia y la virtud en nuestros políticos de hoy. España, Murcia, poseen un grave problema político, aunque el problema de España no es político solamente y el cambio de Gobierno no basta. Estamos ante la necesidad de jugar en otros estadios con más arraigo.
Los estadios que Murcia necesita ahora mismo sin duda podríamos catalogarlos en pocas proposiciones: el arrinconamiento que existe ante la desmesurada pobreza que sube año tras año en nuestra región, viviendo una justicia social mucho más elevada; mimar a nuestras familias, a todas sin excepción y, dejar de ser una Región situada en regional preferente para pasar a Primera División. El mundo ferroviario de mercancías y personas debe dar un giro de 360 grados, los grandes pulmones de oxigeno cercanos a nuestras grandes poblaciones, estimar con esmero el antes y el ahora de nuestra cultura que sigue arrinconada y para más, sobre todo: verdad y coherencia en nuestra clase política. El pueblo murciano se lo merece y si en algo se distingue es en la capacidad de aguante que tiene ante las pocas miras que obtiene de Madrid y desde la propia Asamblea Regional. Dense un paseo por nuestra región y lo comprobarán. Así: no es todo López Miras o Pedro Sánchez. La calidad de la raza humana ha bajado algunos escalones que otros y, hemos de tenerlo en cuenta y ver cómo subsanamos.