Refritos de última hora
Pedro Sánchez no se ha conformado con destrozar las vacaciones a los españoles con su convocatoria electoral el 23 de julio. Ni con machacar al sector turístico que veía por fin este año la luz al final del túnel. Esta semana ha decidido enviar a Bruselas la adenda al Plan de Recuperación y Resiliencia para solicitar los 94.000 millones de euros restantes de los fondos europeos. Una última parte que ya no son préstamos a fondo perdido sino que tendrán que ser devueltos con intereses. Una adenda que, por cierto, no ha sido consensuado ni con la oposición ni con las Comunidades Autónomas.
El Gobierno demuestra así que quiere dejar con las manos atadas a los que previsiblemente ganen las próximas elecciones generales. Una mina más en el difícil camino que se le presenta al que gobierne este país los próximos cuatro años y una muestra más de que Sánchez sabe que no va a poder gobernar. Y, además, lo ha hecho de forma vergonzante. Un corta y pega lleno de errores y de refritos de otros planes. Este importante asunto para España, se sumará a otras dificultades en el camino como la abultada deuda pública que deja, al agujero de las cuentas públicas y los miles de millones de euros comprometidos en diversas ayudas sociales. Lo hace, además, en un momento económico complicado. Esta semana conocíamos que la eurozona ha entrado en recesión, lo que supone un varapalo a nuestras exportaciones, una de las pocas palancas que funcionaban. Y cuando la creación de empleo y la firma de contratos se ralentiza respecto a las cifras del año pasado.
Decía esta semana Nuñez Feijóo que la economía española no va como una moto, sino que se está ralentizando. Por ello ha sido llamado catastrofista indocumentado. Sin embargo, no hay más que analizar unas cuantas cifras como la comentada del empleo para dar la razón al líder de la oposición. Hemos perdido poder adquisitivo a chorros, renta per capita y se han encarecido la vivienda o los alimentos. Una situación complicada que irá a peor si en 2024 vuelven las reglas fiscales a la Unión Europea. El nuevo gobierno tendrá que abordar recortes severos de gasto público y rebajas de impuestos que permitan a los ciudadanos tomar algo de aire. Veremos.