VoX Up and Down
Son muchas las ocasiones en las que he recordado cómo VoX se parece a UPyD, Ciudadanos o Podemos. Los partidos, cuando se preocupan, sin tener estructura, más por los sillones que por las soluciones, terminan diluidos como un terrón de azúcar en una taza de café bien caliente. VoX es, sin duda, otra “flor de un día”.
Lo tienen todo, y no tienen nada. Un equilibrio muy difícil de mantener, sino se tiene unos buenos estadistas con un rumbo bien marcado en el puente, y una tripulación entrenada, disciplinada, sabedora que la travesía no será breve ni fácil, sino larga y con tormentas. Para mantener el rumbo al puerto de arribada elegido, hay que capear y correr tormentas y huracanes, y a eso, los partidos “flor de un día” no están dispuestos. Por ello, lo más fácil es que sean engullidos presos de la ambición del puente, la impaciencia y rebelión de los tripulantes.
VoX nace, igual que Podemos, a la sombra del 15M, o lo que es lo mismo, del desencanto popular de una sociedad en plena crisis y sin esperanza en los partidos de un bipartidismo, más perdidos que el “barco del arroz”. Para esos momentos de crisis, los “flor de un día” recurren a lo más fácil, al conocido como “populismos” que consiste en prometer y prometer, hasta lograr el voto, y una vez logrado, no cumplir lo pactado. “flor de un día” que mete a los partidos en un callejón con calle de entrada y de salida a los pocos metros.
VoX creció por dos motivos: por un lado la ineficacia de un PP “sonado” tras la injusta caída de Mariano Rajoy y la llegada de baby Pablo Casado y sus chicos de guardería. Tan flojitos en experiencia politica, que se dejaron acojonar, arrincona, y por otra el populismo radical de un VoX dirigido por egocéntricos fuera de época. Dos elementos que distorsionan, como en las películas de Star Trek, el espacio tiempo, lo que te aleja muy mucho de aportar por lo más inteligente y de futuro, que por lo incorrecto que te lleva al caos.
Ciudadanos nació, y pudo hacerlo, para dotar a la política española de una bisagra democrática, tanto a gobierno de derechas como de izquierdas. Con esa teoría llegaron a rozar el cielo, y sacaron unos resultados que le pudieron llevar al gobierno con el PSOE, con lo que, quizás, el gobierno del PSOE con Ciudadanos no hubiese sido el desastre para España, que ha supuesto el Gobierno del PSOE con la sopa de letras imposible con la que tan mal nos han gobernado.
Vieron una oportunidad de crecer, y en vez de ayudar a la gobernabilidad con el PSOE, nos llevaron a otra elecciones, convencidos que sacar más rentabilidad electoral. Trágica decisión. El electorado no entendió, como un partido que había prometido posibilitar la gobernanza tranquila, optaba por todo lo contrario. Llegaron las siguientes elecciones y fueron castigados de forma dura. Del mismo modo fueron los culpables de la llegada del “Frankenstein”. Como resultado: han desaparecido.
VoX está en las mismas. Un buen resultado electoral que, según el camino previsto, lleva el mismo camino que Ciudadanos, ya amenaza con ir a nuevas elecciones, en plena campaña electoral en el que España se juega el ser o no ser en a próxima década.
VoX debería dejar a un lado las ansias de poder, y ponerse al servicio de España, esa España que no se les cae de la boca, pero que a la hora de la verdad, les pesa más el terciopelo en el culo que España. En vez de forzar y empujar al PP, debería facilitar una buena gobernanza, y desde ahí lograr objetivos pactados. Demostrar a los españoles que les han votado, que son útiles para España. De ese modo en la próximas elecciones sacarán más votos, pero no. No están en eso.
Comenzaba este artículo comparando a VoX con el gobierno de un barco. Bien, en el puente, por desgracia, no van estadistas de rumbo claro y con la paciencia debida, sino unos aficionados con ganas de llegar a puerto lo más rápido posible, y la línea recta ya sabemos que pocas veces es la distancia más corta y segura. Ruta que no lleva a puerto, sino al desguace en las contaminadas playas de Turquía o la India donde terminan los barcos sin vida.
Pero no rectificaran. Harán lo que hacen los partidos “flor de un día” o “Up and Down” que suben y bajan hasta desaparecer. Nadie aprende de los errores de los demás. Con esa misma actitud de Ciudadanos terminarán igual que ello, desapareciendo. En la próximas elecciones, por este camino no llegaran al 10% de los votos, para desaparecer en las siguientes. No soy Nostradamus, ni muy inteligente, es que es de pura lógica.