Sobre grietas varias y el sentido de la libertad
Se han escrito muchos ensayos sobre el significado de estas dos palabras: liberty y freedom. Tienen connotaciones diferentes, una sutileza idiomática que no existe en castellano. Tal vez sea por lo que escribe Borges en cuanto a que “el inglés tiene la ventaja de no contar con una academia de la lengua” lo cual hace que el Webster’s cuente con muchos más vocablos que el Diccionario de la Real Academia Española. Como es sabido, el lenguaje surge de un proceso evolutivo y espontáneo que viene desde abajo y no de una construcción, diseño o ingeniería social (salvo el Esperanto que resulta en un esperpento).
“Freedom” remite a la condición natural del ser humano, a su libre albedrío. Trata de su naturaleza interna. Incluso como destaca Viktor Frankl, en un campo de concentración la persona mantiene su capacidad de libre albedrío, así puede pensar o no pensar, comer o no comer etc. “Liberty”, en cambio, se refiere a las relaciones interpersonales, que como apunta Friedrich Hayek alude a “la ausencia de coacción por parte de otras personas”. Una persona encarcelada no tiene `liberty’ pero mantiene su condición de `freedom’. La primera expresión se refiere a una condición social, en cambio la segunda apunta a una condición psicológica.
Buttler Shaffer resume la idea “Freedom es la condición que existe en la mente del ser humano. Es su estado de integridad”, no así Liberty que, como queda dicho, se refiere a la naturaleza de las relaciones sociales en un sistema abierto con marcos institucionales civilizados. Dicho sea de paso, en no pocas oportunidades se confunde la libertad en el sentido de las ciencias sociales para aplicarlo a territorios del todo impropios. Por ejemplo, no tiene sentido decir que no somos libres porque no podemos bajarnos de un avión en pleno vuelo o no somos libres porque no podemos ingerir arsénico sin sufrir las consecuencias. Estas dos acepciones proceden una de la física y la otra de la biología que nada tiene que ver con las relaciones sociales.
También se ha dicho que los pobres no son libres pues ven restringidos sus consumos, lo cual también confunde aspectos cruciales. Ser muy pobre es una desgracia pero no tiene que ver con la libertad, de lo contrario deberíamos decir que todos nuestros ancestros no eran libres debido a su pobreza ya que todos provenimos de las cuevas, o también, debido a que todos somos pobres o ricos según con quién nos comparemos, en última instancia no habría tal cosa como la libertad. En este contexto, Thomas Sowell señala que la constipación es una desgracia pero tampoco tiene nada que ver con la libertad.
La palabra “freedom” tiene origen germánico (“vridom”), mientras que “liberty” tiene raíz normanda de allí que en francés es “liberté” y también origen latino (“libérateme”). El tema es de gran interés puesto que permite distinguir dos planos bien distintos del análisis: por una parte la condición humana del libre albedrío y por otra el indispensable oxígeno para vivir en sociedad y permitir no solo el respeto recíproco sino liberar las energías creativas al efecto del mayor progreso moral y material que las circunstancias permitan.
El asunto no es sencillo y no está exento de controversias puesto que en la parla convencional “to be free” es proceder en concordancia con “liberty” lo cual confunde y superpone planos, de allí es que muchas veces se emplean los términos como si fueran sinónimos. De todos modos, la distinción gramatical es pertinente puesto que ayuda a mirar el tema desde distintos ángulos lo cual complementa el estudio en estos campos tan vitales para nuestra supervivencia y tan poco comprendidos por megalómanos que pretenden imponer el manejo de vidas y haciendas ajenas.
En este contexto vamos al tema de las grietas sobre lo que he escrito antes pero dado que se machaca con el asunto es pertinente volver sobre el tema aunque más no sea parcialmente. Según el diccionario una grieta en sentido específico significa “hendidura alargada que se hace en la tierra o en cualquier cuerpo sólido” y como uso más extendido alude al “desacuerdo”. Dejando a un lado la interpretación original de la geología, en aquella última acepción podemos decir que hay grietas intrascendentes, las hay que constituyen inútiles trifulcas donde se esgrimen cuestiones personales ajenas a las ideas, pero también surgen las indispensables para avanzar en el conocimiento.
Si hubiera uniformidad no habría progreso, como ha explicado Karl Popper una y otra vez el conocimiento tiene la característica de la provisionalidad siempre abierto a refutaciones. Cuando se produce una refutación en cualquier terreno del conocimiento tiene lugar un salto cuántico hacia el progreso. De allí la importancia trascendental de la libertad de expresión: no es solo para adentrarse en los sucesos diarios sino principalmente para mejorar en el conocimiento vía grietas entre distintas teorías y maneras de mirar lo que ocurre. Bienvenidas entonces estas grietas puesto que sin ellas nos hubiéramos quedado estancados en el garrote y la cueva. Los desacuerdos resultan vitales y como bien ha apuntado Morris Cohen, quien sostiene que la verdad debe ser verificada empíricamente, por una parte no se percata que esa misma aseveración no puede verificarse empíricamente y, por otro lado, nada en la ciencia es verificado empíricamente puesto que todo es corroborable y transitoriamente al estilo popperiano.
Entonces, debe ser recibida con aplausos la grieta que irrumpe cuando hay quienes adhieren al robo legal mientras que otros se oponen a semejante manotazo y suscriben el respeto recíproco. Mantener que en este ejemplo hay que acordar para ser verdaderamente democrático es no entender qué es la democracia tal como ha sido definida por los Giovanni Sartori de nuestra época, a saber, la consideración por las autonomías individuales en abierta oposición a los estragos del Leviatán que la convierten en mera cleptocracia: gobiernos de ladrones de propiedades, de libertades y sueños de vida.
Hay temas vitales que se hace necesario insistir puliendo argumentos para lograr los cometidos. En nuestro medio uno de los ejemplos del determinismo -tal vez el más resonante- puede ilustrarse con lo que equivocadamente se ha dado en llamar “garantismo” que en verdad es “abolicionismo” donde se insiste en que el delincuente no es responsable de sus actos por lo que no debe penarse. Lo contrario trata de quienes explican la importancia de comprender que los humanos no somos solo una masa de carne y hueso sino que tenemos psique, estados de consciencia o mente que nos permiten salir de los nexos causales de la materia para elegir, preferir y optar, esto es contar con libre albedrío, es decir, con libertad, un atributo único de todas las especies hasta ahora conocidas. De lo contrario no podríamos distinguir entre proposiciones verdaderas y falsas, no podríamos revisar nuestras conclusiones, no habría tal cosa como ideas autogeneradas, responsabilidad individual, moral y la libertad sería solo una ficción.
En el plano de las consabidas grietas, resumo un diálogo imaginario muy telegráfico pero estimo ilustrativo entre un economista (E) y un jurista (J) “modernos” que intentan poner algo de luz en el camino para la concreción de políticas a los efectos de aplicarlas a los sufridos pueblos de la acuciante realidad del momento. Sin embargo, a pesar de que el diálogo que sigue puesto en su versión más cruda es cada vez más frecuente (aunque habitualmente con un léxico que disimula en algo el fondo del asunto), las recomendaciones que surgen del intercambio que a continuación se expone, insiste en recetas y consideraciones absolutamente contrarias al bienestar general que surgen de la fenomenal incomprensión de la libertad (freedom) con que abrimos esta nota. De más está decir que lo que sigue no cubre ni remotamente todo el territorio de las iniciativas “modernas”. Son apenas una muestra.
E: Sugiero que al efecto de este diálogo dejemos de lado por completo toda expresión técnica para que tenga la mayor difusión posible. Mi primer punto es que la compleja actualidad inexorablemente requiere la eliminación de cuajo del espíritu egoísta de los agentes económicos que solo se interesan en su bienestar personal sin importarles la situación de los necesitados. En este sentido, propongo la completa sustitución de la idea de comercio privado por la administración desinteresada de los gobiernos.
J: Me parece institucionalmente sensato y muy claro lo que dice, pero es de interés agregar que la tradicional división de poderes como si se tratara de una competencia en el contexto de una independencia suicida debe verse, en cambio, como un equipo que, en forma conjunta, se dedique a suplir los intereses mezquinos y contradictorios del liberalismo, de este modo desaparecerá la nefasta especulación y se estimulará la solidaridad entre las personas.
E: Naturalmente, la economía y las instituciones deben operar en tándem para que no quede vestigio del interés privado siempre disociado de la comunidad. En esta dirección y para lograr tan noble propósito debe sustituirse todo el cuadro de precios establecidos en base a la anarquía del mercado por indicadores fieles que obedezcan a las necesidades reales y no a fuerzas hegemónicas desarticuladas.
J: Interesante y valiosa propuesta pero no puede llevarse a cabo sin una aceptación por parte de los medios de comunicación, puesto que con una prensa basada en el negocio la dirección del tratamiento de las noticias irá a contracorriente de lo genuinamente popular. En este sentido, comparto las políticas que han clausurado medios orales y escritos que no son afines a lo que le hace bien a la gente.
E: No solo eso, sino que las empresas estatales se apartan por completo de las fuerzas irracionales y ciegas del mercado para abocarse a lo que es prioritario según planificadores debidamente entrenados. Más aun, la publicidad debe reemplazarse por consejos de las distintas ramas gubernamentales para que puedan abastecer necesidades reales y no las impuestas por la publicidad.
J: También en línea con la sana institucionalidad y para hacer de apoyo logístico a lo que usted recomienda respecto a planificadores capacitados, las cátedras de leyes deberían unificarse en una universidad estatal, de lo contrario los reiterados debates y opiniones dispares conducen a la dispersión de esfuerzos y desperdicio de recursos.
E: Así es, idéntico proceso debería aplicarse a las cátedras de economía para reducir costos de transacción y para no caer en los problemas que usted destaca. La educación es un bien público que nunca debió cederse a los particulares ya que con ello se cae en el escepticismo, se entroniza al rey dinero y el descrédito de los programas de gobierno.
J: Retomo mi elaboración sobre el daño de la división de poderes y propongo que el Legislativo se convierta en el Comité del Partido con lo que también se evitará la competencia malsana entre legisladores para trabajar al unísono en pos del bienestar general sin palos en la rueda y así facilitar el diseño adecuado de las normas.
E: Sin duda que todo el esquema en el que estamos pensando debe tener muy presente la redistribución de ingresos, no en base a criterios individualistas sino fundamentados en la justicia social. Un canal muy productivo para tal fin consiste en la utilización de las valiosas herramientas fiscales progresivas para mantener en brete a los acaparadores y abrir cauce a la eficiente asignación de los recursos disponibles al tiempo que se fortalece el igualitarismo que es el basamento de la armonía comunitaria y de los estímulos más potentes para trabajar, todo lo cual solo puede llevarse a cabo recurriendo al instrumental y la visión de largo plazo macroeconómicas que proporcionan las políticas solventes de Estado.
J: En esta misma línea argumental, debe modificarse de raíz la noción liberal del derecho y reemplazarla por el derecho colectivista al efecto de dar cabida a los más necesitados hoy explotados por el capitalismo salvaje. Es indispensable ampliar derechos a los de la vivienda digna pero no meramente para pernoctar sino con los adecuados espacios con dormitorios amplios y bien iluminados y refrigerados, la alimentación nutrida con los suficientes hidratos de carbono, vitaminas y minerales presentados en forma de platos con cierta sofisticación en concordancia con la mejor gastronomía del momento, la recreación y el deporte en grandes estadios con todas las instalaciones más modernas, salarios al nivel de los mejores del mundo con jornadas cortas y gratificantes a lo que debe agregarse bonus trimestrales sustanciosos, música funcional de alta calidad, refrescos disponibles y así sucesivamente.
Nota: este diálogo no es entre sordos porque los interlocutores no se escuchen, sino porque nos da la impresión que no prestan la más mínima atención al estudio de nexos causales y sobreimprimen fantasías que desembocan en curiosas y contradictorias conclusiones y porque las presentan como si fueran originales. No tienen idea del significado de la sociedad libre, lo cual desafortunadamente es corriente en nuestro atribulado mundo.
Queda pues establecido el puente entre el significado de libertad, las grietas en el contexto de la generalizada incomprensión de la economía y el derecho.