España es ese país donde los datos se discuten. No es algo nuevo. Pero, en el cara a cara mantenido el lunes entre Sánchez y Feijóo quedó más que patente que esto es así. De nada valen los gráficos, los números, las fuentes. Da exactamente igual que, eligiendo la fuente que uno quiera, el Banco de España, el INE, la OCDE, Eurostat ofrezcan unos resultados de variables macroeconómicas discutibles.

Siempre hay alguien dispuesto a decirte que estás opinando. Al margen de las caras, los gestos, las risas, la actitud de Sánchez en ese debate electoral, el aún presidente negaba una y otra vez que España ha sido el país de la Unión Europea que más ha tardado en recuperar los niveles de crecimiento anteriores a la pandemia; que los españoles han sufrido la mayor caída de renta per cápita, poder adquisitivo o deuda pública.

Ni siquiera que España lidera el paro y que los empleos creados son en su mayoría precarios, a tiempo parcial. Un aspecto éste que queda reflejado un mes tras otro en los datos que se publican oficialmente. Es más, muchos meses después de aprobarse la reforma laboral de este gobierno, no se han recuperado las horas trabajadas y una inmensa mayoría de los trabajadores que encuentran un empleo tienen que firmar varios contratos al mes, aunque en esos lapsus no figuren como parados en las listas del SEPE.

Sánchez hizo todo lo posible por embarrar el campo, no dejar hablar a Feijóo, mentir con los datos oficiales. Muchos le habrán creído y culparán al candidato del PP de mostrarse catastrofista con la situación de la economía española y de las familias. Sin embargo, horas después del debate era la propia OCDE o Fedea, entre otros, quienes apuntaban argumentos similares a los de Feijóo. La OCDE, por ejemplo, criticaba por inciertos los resultados de la reforma laboral y señalaba la necesidad de estar muy vigilantes con la eficacia de los contratos fijos discontinuos.

Fedea, por su parte, insistía en que hemos sido los últimos en conseguir recuperar los niveles prepandemia “y en este momento ocupamos la penúltima posición de la UE en términos del crecimiento del PIB real acumulado entre el primer trimestre de 2019 y el primero de 2023, por delante sólo de Alemania que ha entrado en recesión en los últimos meses”. En cuanto al empleo, añade Fedea que en una lectura cuidadosa de los mismos y por la limitación de datos, el Gobierno no debería hacer una lectura triunfalista e insiste en que las horas trabajadas siguen por debajo de las que se hacían antes del Covid y en realidad que no sabemos cuál es el paro real. También pone en solfa cómo y a quién se han dado ayudas o subvenciones para paliar los efectos de la inflación y de la crisis energética derivada de la invasión de Ucrania.

Las mentiras tienen una vida muy corta cuando hay datos detrás que la tumban. Dos y dos son cuatro, lo niegue Sánchez o su porquero. No es nuevo de este gobierno, ni de alguna prensa, pero al final se impone la verdad con datos o con la realidad inocultable e indisimulable que viven día a día hogares y empresas.