Derechita cobarde, derechona valiente y otras mentiras
Basta mirar la mayoría absoluta del Partido Popular en el Senado y el hundimiento del Partido Socialista para ser conscientes, en un país donde la gente jamás vota con el cerebro, que ha existido un pucherazo. ¿Quién vota en España una cosa para el Congreso y la contraria para el Senado? La respuesta es nadie.
Dado que ni la derechona valiente ni la derechita cobarde van a levantar su voz contra el nuevo atraco de Sánchez, creo que sería conveniente que el Partido Popular, que ya ofreció por escrito un pacto al Partido Socialista, ponga los votos necesarios al servicio de Pedro Sánchez; siempre será mucho más barato para España y los españoles a que el estafador de Moncloa dependa del huido de la justicia en un maletero, de los etarras reconvertidos a políticos o del charnego de sangre jienense y con el apellido más acertado posible: Rufián.
Tanto la derechita cobarde como la derechona valiente, pero no mucho, podían hacer un sacrificio por esa España que dicen amar y apoyar a Pedro Sánchez, y de paso complicarle la legislatura, ya que tendría que pactar ley por ley y conseguirían hacer ingobernable este país, de forma que tendríamos la suerte de volver a votar en breve, si bien el votar en este país hace tiempo que es un trámite que no garantiza que tu voto físico, una vez transformado en electrónico, sirva absolutamente para nada ni coincida con lo votado.
Llegados a este punto conviene recordar aquel día que Pedro Sánchez nos dijo a todos, en vivo y en directo: ¿de quién depende la fiscalía? Ese mismo día nos pudo decir de quién depende Indra, de quién depende Correos…
Posiblemente, o mejor dicho con seguridad absoluta, aunque el Partido Popular pusiera por el bien de España sus votos para apoyar a Sánchez, no servirían de nada, ya que el objetivo de Pedro Sánchez no es perpetuarse en la Moncloa. El único objetivo de Pedro Sánchez es destruir España.