¿Qué se puede esperar de una escuela infantil en el desarrollo del bebé?
En primer lugar, los profesionales buscan proporcionar un ambiente de aprendizaje estimulante y enriquecedor con actividades que, adaptadas a cada edad, promueven ciertas habilidades, incluso sociales, que en casa no se generarían.
Además, es clave para un correcto desarrollo del lenguaje ya que, entre los niños y con sus cuidadores, se fomenta la interacción gracias a cuentos, canciones o el darles apoyo para conseguir expresar sus ideas.
Nada que decir con respecto a la temática de juegos y creatividad que se desarrolla en la jornada mientras los niños aprenden. Gracias a eso desarrollan habilidades sociales y emocionales, y fortalecen su motricidad.
El desarrollo motor viene de la mano del mismo rol. Gracias a la estimulación sensorial y a oportunidades de juego con habilidades motoras tanto finas como gruesas, los bebés comienzan a ser conscientes de las posibilidades de movilidad de su propio cuerpo, promoviendo el desarrollo cognitivo y creativo para salir de algunas situaciones.
En cuanto a las habilidades sociales y emocionales, “se fomenta la colaboración, la empatía y la resolución de conflictos mediante actividades grupales y el modelado de comportamientos adecuados” explican desde la Escuela infantil Zazuar, con una experiencia más que avalada.
Finalmente, pero no menos importante, es el espacio perfecto, seguro y adaptado para incentivar la curiosidad, el interés por el conocimiento y el aprendizaje a través de preguntas abiertas, experimentos y actividades que estimulen la curiosidad natural de los niños.
Al estimular adecuadamente estas áreas, una escuela infantil puede ayudar a los niños a desarrollar una base sólida para su crecimiento y aprendizaje a lo largo de su vida. La colaboración entre educadores, padres y cuidadores es esencial para brindar un ambiente de apoyo y enriquecimiento que potencie el desarrollo integral de los niños.
Pues que se te metan los del loby LGTBIJKLLMNOP…Y ZETA. Y al niño lo vuelvan mas maricón que un palomo cojo, y a la niña una tortillera feminista.Por lo que se va viendo.