La UE activará el mecanismo de rescate para Irlanda
Los ministros de Economía de los Veintisiete han acordado responder positivamente a la solicitud de asistencia presentada por Irlanda para hacer frente a la crisis de deuda provocada por los graves problemas de su sector financiero. Dublín podrá así beneficiarse de ayudas del fondo de 750.000 millones de euros creado en mayo por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Los ministros están de acuerdo con la Comisión y con el Banco Central Europeo en que prestar asistencia a Irlanda se justifica para salvaguardar la estabilidad financiera en la UE y en la eurozona”, señala la declaración hecha pública al término de la reunión.
El ministro de Economía belga, Didier Reynders, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha asegurado en declaraciones a la agencia Belga que la ayuda será de “menos de 100.000 millones de euros”. El importe final podría oscilar entre 80.000 y 90.000 millones, según Reuters.
En la operación participarán también, pese a no formar parte de la eurozona, Reino Unido y Suecia, que “están dispuestos a considerar un préstamo bilateral”. Reino Unido va a portar unos 11.000 millones de euros (7.000 millones de libras), según ha informado la BBC. El plan de rescate incluirá “un fondo para posibles necesidades de capital futuros del sector bancario” y obligará como contrapartida a la reestructuración y desapalancamiento de las entidades.
La decisión se ha adoptado durante una conferencia telefónica convocada de forma extraordinaria después de que el ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, confirmara que Irlanda pedirá ayuda de la UE y el FMI tras resistirse durante varios días.
El importe final del plan de rescate y las “duras” condiciones que se impondrán a Irlanda para acceder a los fondos se ultimarán los próximos días por la misión de la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI que se encuentra en Dublín desde el pasado jueves en cooperación con las autoridades irlandesas. Estas condiciones se basarán en el plan de austeridad para los próximos cuatro años elaborado por el Gobierno irlandés, que busca reducir el déficit público en 15.000 millones de euros para volver a situarlo por debajo del 3% en 2014.
El programa prevé un esfuerzo inicial de consolidación fiscal de 6.000 millones para 2011. Una vez que este plan sea ratificado por Dublín, tendrá que ser aprobado también por los ministros de Economía de la eurozona y de la UE tras la evaluación que realicen el Ejecutivo comunitario y el BCE.
Riesgo de contagio
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, se ha mostrado convencido de que con este rescate se podrá frenar el contagio de la crisis de deuda a otros países como Portugal o España. “Si encontramos ahora la respuesta adecuada al problema irlandés, habrá grandes posibilidades de que no se produzcan efectos de contagio”, ha dicho.
El de Irlanda será el segundo rescate que realiza la UE este año. El pasado mes de mayo, los ministros de Economía ya aprobaron una ayuda de 110.000 millones de euros para Grecia, cuyo tercer tramo se pagará en enero.
Dublín se había resistido hasta ahora a aceptar la ayuda de la UE para no perder soberanía fiscal. Las autoridades irlandesas rechazan aumentar su impuesto de sociedades del 12,5%, uno de los más bajos de la UE, y que ha utilizado para atraer a las multinacionales a su territorio. Francia, Alemania o Austria han sugerido que este tipo debería incrementarse, pero han aclarado que no lo exigirán como condición para el rescate.
También el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dicho que Irlanda dejará de ser un país de impuestos bajos tras esta crisis, aunque no se ha referido específicamente al impuesto de sociedades. Rehn ha explicado además que el objetivo prioritario del plan de rescate será que “el sector bancario irlandés se haga viable y sostenible, lo que requerirá bastante reorganización y reestructuración”. Los problemas de los bancos irlandeses han obligado a Dublín a comprometer 50.000 millones de euros en su rescate, lo que disparará el déficit público de este año hasta el 32% del PIB.