Carlitos Puigdemont, el del pelucón, no engaña a nadie que no sean los suyos
¿Quién nos iba a decir que este País sería gobernado en Ginebra, por un correveidile y un prófugo huido en un maletero?.
Carlitos Puigdemont, el del pelucón, no engaña a nadie que no sean los suyos, y va muy por derecho a lo suyo. Sabe que en este circo no se puede fiar de nadie; no ya de Sánchez, sino de la Esquerra Republicana, que ve como los supera en votos, mientras el independentismo observa como Rufián y los suyos se han vendido a Sánchez por los sueldos y por esos sillones a los que iban a ir de prestados una sola legislatura. Así que Puigdemond se sitúa como vencedor estratégico absoluto de esta locura. Se ha quedado con todo.
Lo más importante para él, es el quedarse como único independentista de fiar ante todo el movimiento, que lo compara con los «ya mamanabos» de Esquerra, y sabe que los va a barrer en las próximas generales. Sabe a ciencia cierta, que aniquilando esta legislatura, no deja sin sueldo a ninguno de los suyos; le quitaría sillones a los de Rufián. De ahí que tenga el poder en su mano para hacernos pasar a todos, por la indignidad de soportar el hecho de tener que enviar todos los meses al correveidile de Santos Cerdán, a decidir que se hace aquí. Va a estar disfrutando este escenario logrado, hasta que le salga de «los Puigdemones» y después romperá la baraja a las primeras que «legalmente» se le niegue algo.
En estas reuniones mensuales en Ginebra, el Presidente de hecho español y el correveidile, tendrán como testigo al tan nombrado mediador, que ya no es una persona con nombre y apellidos: mediará una empresa dedicada a estas labores.
¿Quién pensáis que va a elegir esta empresita mediadora?. Dirá, vosotros le dais 600 asesores con sueldecitos al super ministro, y a mí me colocáis una empresa que yo también señale con el dedo.
¡Al tiempo!, no me equivoco en nada.
Lo que no saben los independentistas es que en las próximas elecciones, que Puigdemond ya estará por aquí como candidato a la presidencia por Junts, también apoyará a Sánchez junto a Rufián, y se convertirán en «nuevos mamanabos» para el Gran Sánchez.
Esta indignidad que nos la definen como «acción digna de rechazo que ofende el sentido de justicia, dignidad o decencia; sinónimo de bajeza, degradación, deshonor, ruindad o vileza» no la sufre Pedro Sánchez, él nació indigno, la asumimos todos nosotros.
Cuando digo nosotros, digo todos los españolitos que nos preocupamos más por lo que le ocurre familiarmente a una ex domadora de circo, capaz de darle una cámara a su crio, para que la fotografié fornicando con el emérito, que con lo que nos está pasando.
¿Nos lo merecemos todo?