El adelanto electoral no causó sorpresa a nadie, Zapatero y su ejecutivo hace meses que se encontraban en situación catatónica y Rubalcaba decidió que había llegado el momento de desconectar al enfermo terminal.

Desde el anuncio de la fecha de los comicios, las maquinarias electorales de todos los partidos se han puesto en marcha, la nuestra también. Quedan cuatro meses para hacer llegar propuestas y proyectos a un electorado desencantado y desconfiado de una clase política cada vez percibida como algo cada vez más ajeno y distante por todos los ciudadanos.

La casta política dará de nuevo una imagen patética e impresentable en una campaña electoral que prevemos con muchos insultos y pocas propuestas, con mucho dialéctica y pocas soluciones. CiU, PP y el PSOE podrán una vez más en evidencia que su objetivo es el poder y no resolver los graves problemas económicos y sociales que nos agobian diariamente y de los que ellos y sólo ellos son los culpables.

Esos políticos que aprueban nuevas leyes electorales cuyo único objetico es poner trabas a los partidos que recogemos el voto de la disidencia y cuyo crecimiento aterroriza a una casta de holgazanes, a la defensiva y replegada en sí misma. Éste es el sentido de obligar a recoger el 0,1% de firmas del censo electoral en cada una de las circunscripciones en las que un partido quiera presentarse; además del consiguiente gastos notarial, insignificante para los grandes partidos que viven del erario público, pero gravosos para los que –como el nuestro- vivimos de las cuotas y el sacrificio de nuestros militantes, en su gran mayoría gente trabajadora con dificultades para llegar a fin de mes.

Pero vamos a darles una mala noticia: Plataforma per Catalunya va a lograr las firmas necesarias en Lleida, en Girona, en Tarragona y en Barcelona y presentaremos nuestras candidaturas en las cuatro provincias catalanas. Que nadie lo dude. Esteremos presentes en estos comicios y dedicaremos los próximos cuatro meses a decir calle por calle, pueblo por pueblo y ciudad por ciudad que no hay una nada más inútil que volver a votar a los partidos que con su negligencia han provocado una crisis económica sin paliativos en nuestra historia reciente, a los que con su irresponsabilidad toleraran y fomentan el aluvión migratorio en nuestro país y cuyas consecuencias sociales y demográficas sólo estamos empezando a ver ahora, a los que con su egoísmo y despotismo han convertido la gestión pública en un modo de vida y no en un acto de servicio a la comunidad.

La situación económica, social y política ha llegado a su límite. Es tiempo de cambios radicales y de medidas enérgicas. Es el momento de canalizar el descontento, de organizar la disidencia, de dar forma a la protesta y de traducir en votos la indignación y el descontento. Es la hora de que irrumpan en el hemiciclo voces nuevas, voces como la de Plataforma per Catalunya, el partido de los trabajadores, de los estudiantes, de las amas de casa, de los parados, de los jubilados, de los descontentos, de la gente de bien de este país que el próximo día 20 de noviembre, vamos a darle a la casta política donde más les duele… en las urnas.

*Presidente de Plataforma per Catalunya (PxC) y concejal en el Ayuntamiento de Vic.