Procedimiento juicio rápido…
Si tienes que enfrentarte a un juicio rápido, deberás conocer todas las particularidades de este tipo de procedimiento legal para no dar ningún paso en falso. No obstante, lo más recomendable siempre es contar con unos abogados penalistas de confianza con experiencia demostrada.
¿Qué es un juicio rápido?
Es un proceso penal en el que se juzgan delitos leves o menos graves. Por lo general, aquellos que se sancionan con una pena de cárcel inferior a 5 años. El objetivo de los juicios rápidos es simplificar el procedimiento para dar una solución rápida y efectiva.
Cabe destacar que no es lo mismo un juicio rápido que un juicio por delito leve, ya que, en este último, no se aplican las mismas penas ni la duración del proceso es el mismo. También es importante señalar que un juicio rápido es igual de importante y serio que un juicio ordinario, por lo que la relevancia de elegir buenos abogados penalistas es la misma.
¿En qué casos se realiza un juicio rápido?
Para poder optar a un juicio rápido es necesario que se cometa un delito flagrante, es decir, que el infractor sea sorprendido en el acto o inmediatamente después en los siguientes delitos:
- Violencia física o psíquica dentro del ámbito familiar, así como lesiones, amenazas o coacción.
- Hurtos y robos en general.
- Hurto y robo de vehículos.
- Atentar contra la seguridad vial.
- Dañar la propiedad ajena.
- Atentar contra la salud pública.
- Cometer un delito flagrante contra la propiedad intelectual o industrial.
No obstante, si se ha cometido más de un delito de este tipo o ha participado otra persona y existe un acuerdo con ella, es posible que no se realice un juicio rápido. Esto es debido a que, en estos casos, puede ser necesaria una investigación más exhaustiva por parte de los abogados penalistas.
¿Cuál es el procedimiento en un juicio rápido?
Un juicio rápido consta de 4 fases. La primera se realiza en las primeras 72 horas y es lo que se conoce como “apertura de diligencias”. En este momento, la policía tiene 3 días para reunir las pruebas, los testigos y los informes médicos necesarios para llevar al acusado frente a la justicia.
Previo al juicio oral, se realiza la instrucción. En este procedimiento, se realiza una descripción de los hechos y se puede obtener una sentencia de conformidad. En esta etapa del juicio rápido, también se pueden solicitar medidas cautelares como detención preventiva en caso de fuga, orden de alejamiento, etc.
En un plazo de 15 días, se realizará el juicio oral si no se ha llegado a un acuerdo en la fase anterior. En tan solo 3 días se dictará sentencia de este juicio rápido, la cual puede recurrirse en un plazo de 10 días ante la Audiencia Provincial.
El juicio rápido presenta unas ventajas y desventajas de las que puedes beneficiarte si recurres a un experto en la materia. No dudes en consultar con tu abogado penalista de confianza para que te asesore en cada paso de este proceso.