Para salvarnos el día del juicio
Ayer fue el primer sábado del actual mes de enero y por tanto también el primero del año, lo que hace muy oportuno un breve recordatorio histórico de esta importante devoción, lamentablemente casi olvidada y apenas difundida actualmente por la Iglesia. Resulta importante destacar que fue anunciada por la misma Virgen María en Fátima, en el mensaje del 13 de julio de 1917, y confirmada precisamente en España el 10 de diciembre de 1925, a la vidente Lucía, entonces postulanta de las religiosas Doroteas en su noviciado establecido en Pontevedra.
Aquel mensaje es comúnmente conocido como el «Secreto de Fátima» y tenía tres partes conocidas como tres «secretos» hasta que Ella no les autorizara a que fueran divulgados. En la primera parte de ese mensaje tuvieron una visión terrible, que la Virgen les explicó era del infierno y de las almas de los condenados que eran muchos por «no haber quién rezara y se sacrificara por ellos». Y para evitarlo les dijo que vendría a conceder la gracia de la devoción de la comunión reparadora de los cinco primeros sábados de mes, prometiendo la salvación en el momento de la muerte a quienes la cumplieran.
Es un dato muy relevante que esta devoción fuera establecida por la Virgen de Fátima quien pidió la Consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón para prevenir la expansión de «los errores» de la revolución bolchevique que se produjo entonces. Esos «errores» serían el comunismo. Esa devoción remite a lo sucedido a finales del siglo XVIII cuando para prevenir la que sería la Revolución francesa, el Señor se reveló a santa Margarita María de Alacocque pidiendo la consagración del rey de Francia al SCJ.
Entonces estableció la devoción de los «Nueve primeros viernes de mes» similar a la otra. Esas dos revoluciones –la francesa y la bolchevique– fueron dos «parteaguas» de la Historia, marcando la transición de una sociedad «Teocéntrica» –con Dios en el centro de la sociedad– de la antigua Cristiandad, a una «antropocéntrica», desplazando el hombre –antropos– a Dios, en ese privilegiado lugar.
La revolución comunista consumará ese cambio considerando a la religión como «el opio del pueblo» y a Dios como un enemigo a combatir. De un mundo cristiano, donde la salvación del alma dependía del uso adecuado de la libertad humana con una formación y una cultura cristianas, se pasó a otro radicalmente contrario a la fe. «A grandes males, grandes remedios» y el Cielo vendrá en ayuda de la humanidad, bajando la «nota de corte» para poder «aprobar el examen» el día del juicio. Antes, con nueve viernes, y después, la Madre con sólo cinco sábados. E ignorados.
Tan importante como es DIOS también es importante la VIRGEN MARÍA, Su Madre.
Hay que matizar, Dios es de suprema, suma, absoluta importancia por Sí Mismo. María también es muy impottante, muchísimo, , pero no como Él sino por Él al ser Si Madre,
El verdadero centro que debe importarnos, de donde todo parte y hacia el que todo converge, el que mantiene la estabilidad, el equilibrio total, absoluto en todo lo creado, es Dios, Nadie más. Él es la auténtica, suprema realidad, que es eterna, lo que confiesa con claridad meridiana ese Universo : “unus” ( uno) y versus” ( hacia, en dirección ), dirección cuyo destino es Dios, Orbis Factor, Al Que esa Humanidad que malvive, sufre, llora, se desespera, ha extirpado con un desolador antropocentrismo su innata tendencia de dirigirse hacia ese “Uno”, Dios, Que Es el Único que puede mantenernos.… Leer más »