Los trabajadores del campo están al borde del abismo
Miguel Tomás.- Nuestros esforzados agricultores, la columna vertebral de nuestra sociedad, se tambalean en la desesperación.
Imagínate la escena: Los agricultores españoles, trabajando día tras día sin vacaciones, incansablemente y con una pensión francamente irrisoria.
Y lo que es peor aún, obligados a competir en desigualdad con países que no siguen las reglas del juego.
Países extranjeros a los que no exigen seguir nuestras rigurosas normas.
Es un panorama desolador.
La situación es urgente. Ahora mismo, nuestros agricultores están en la calle, paralizando España1.
Pero tú y yo podemos amplificar aún más su voz.
El sustento de nuestros agricultores está amenazado, y eso nos afecta a todos.
En los años 70, teníamos un millón y medio de agricultores. ¿En la actualidad? Sólo 390.000.
Y el futuro tampoco parece muy halagüeño.
En la próxima década, la mitad de los agricultores se jubilarán.
Sin agricultores no hay alimentos. Así de sencillo.
Y con los precios de los alimentos por las nubes en España y en toda Europa, no podemos quedarnos de brazos cruzados.
Éstas son las principales reivindicaciones de los agricultores2:
– Rebajar las exigencias de la nueva regulación (PAC) agroambiental.
– Rebajar la carga burocrática y mayor implicación del funcionariado.
– Liberar el 4 % de la superficie en barbecho.
– Eliminar los libros digitales.
– Gestión del estiércol: eliminar la norma que permite tener amontonado el estiércol más de cinco días y esparcido en la finca durante dos días.
– Cumplir de la ley de precios para que agricultores y ganaderos no vendan a pérdidas.
– Cumplimiento de control de fitosanitarios para todos los productos importados de países extracomunitarios.
– Política de gestión del agua consecuente con las necesidades de cada territorio.
– Claridad en el etiquetado con respecto a los países de procedencia de los productos y precios de origen y final.
– Mantener la rebaja de impuestos sobre el gasóleo agrícola.
Nuestros agricultores están perdiendo sus tierras y su medio de vida debido a las drásticas regulaciones medioambientales.
Mientras los agricultores se están suicidando porque no ven futuro en medio de esta crisis, ¡nuestros diputados tienen la audacia de aumentar sus gastos!
Sé que los paros pueden ser incómodos, pero están desesperados: les arruinan la vida y nadie les escucha.
Tenemos que gritar a una: ¡el culpable es Pedro Sánchez por no defender el campo español en Bruselas y por implementar la Agenda 2030 y las políticas globalistas sin habernos consultado ni reparar en las consecuencias!
Pero, amigo, podríamos cambiar la situación.
Nuestros agricultores españoles se están movilizando, y su movimiento está ganando tracción.
Tienen el poder de paralizar nuestra economía durante semanas.
Imagina el resultado si nuestra petición tiene éxito.
Podríamos revitalizar nuestro sector agrícola, recuperar los productos locales y reducir los gases de efecto invernadero.
Podríamos defender el interés de los españoles y frenar una agenda dañina para nuestros países.
Esta es una lucha por nuestra libertad.
No podemos dejar que el gobierno dicte nuestras opciones alimentarias controlando nuestras fuentes de alimentos. Tenemos que actuar ahora, antes de que sea demasiado tarde.