Feijóo consolidado y Sánchez en caída libre
Estas elecciones gallegas han sido seguidas tanto más desde una perspectiva nacional que desde una específicamente autonómica, como siempre había ocurrido y es normal, lo que es una prueba más del rechazo que el sanchismo ha generado a nivel nacional. Es consecuencia de su política en el Gobierno de estar entregado a partidos separatistas en las tres nacionalidades «históricas»: Bildu en el País Vasco y ERC y Junts en Cataluña, a los que se suma ahora el BNG, que ha desplazado al PSOE a una irrelevante posición en el Parlamento de Galicia. Si le añadimos a este dato que ha quedado fuera del Parlamento su socio Sumar, dirigido por su gallega vicepresidenta que ha realizado toda su vida política anterior en su Galicia natal, y con la portavoz parlamentaria del Congreso de candidata, está clara la debacle de los partidos del Gobierno Frankenstein, obteniendo entre los dos tan solo 9 escaños.
El PP revalida su hegemonía en Galicia, que fortalece el liderazgo de Feijóo tanto como retratado queda Sánchez ante la opinión pública. La próxima meta volante electoral será la vasca, o especialmente la europea –con voto de ámbito nacional– el 9 de junio, otros test para medir su extrema fragilidad y su nivel de rechazo con la autoamnistía integral y a la carta de Puigdemont y la oposición creciente a su política.
Que tres formaciones como Vox, Sumar y Podemos sean extraparlamentarias en Galicia con su cualificada presencia en el Congreso, también es un dato a destacar. En una primera lectura, parece que puede haberse quedado al borde de su práctica desaparición el movimiento 15-M nacido de la grave crisis económica que heredó el Gobierno popular en 2011 del socialista, a la que fue incapaz de hacer frente, movimiento que parecía que con la «nueva política» iba a provocar un cambio tectónico nacional.
Otro dato muy importante de estos comicios es la elevada participación, con una subida de más de 18 puntos porcentuales sobre la de 2020, quedando por encima del 67%, que es un nivel muy significativo y que da más relevancia a esta nueva victoria –y quinta sucesiva– del PP en Galicia. El PP con Feijóo se ha consolidado a nivel nacional, mientras Sánchez y Yolanda experimentan un descalabro político personal, preludio de una legislatura que aparece condenada a una lenta agonía suya, arrastrando al PSOE en su definitiva caída. El oxímoron –contradicción existencial– de pretender gobernar España con los votos de quienes quieren romperla, ha calado entre una mayoría de españoles que le han dicho ¡basta! a su pretensión.