El 12 de mayo Sánchez se la juega
Quien vote a Sánchez, desde luego no lo hará pudiendo refugiarse –en su caso– en haberse sentido engañado por su palabra y sus promesas, porque nadie con «dos dedos de frente» puede alegar esa circunstancia como eximente o atenuante de hacerlo a estas alturas del debate. En las elecciones generales fue derrotado –conviene no olvidarlo–, y en las previas municipales y autonómicas del 28 de mayo, su partido perdió gran parte de su poder territorial, con numerosas alcaldías de ciudades y capitales de provincia, así como autonomías, desde Valencia a Aragón pasando por Extremadura, Baleares y Canarias, entre otras. En las recientes de Galicia obtuvo un desastre electoral, además de que los dos socios de su gobierno obtuvieron juntos, 9 diputados de un Parlamento de 75, con Yolanda de extraparlamentaria en su tierra natal, porque sin duda sus paisanos la conocen bien. Ayer estuvo en Barcelona para presidir el Congreso del PSC, que proclamó de nuevo al frente del partido y como candidato, a Illa ( el de las mascarillas).
Los socialistas catalanes con Maragall en el PSC, y Zapatero en el PSOE, promovieron en 2003 el Pacto del Tinell con sus socios del Tripartito: ERC y los comunistas catalanes de Iniciativa. Aquel infausto Pacto estableció un muro contra el PP para impedir el acceso popular a cualquier instancia de gobierno en toda España. Esos pactistas estuvieron al frente de la Generalitat dos legislaturas, al igual que Zapatero en Moncloa, y sumaron a sus homónimos vascos de Bildu y el PNV para llevar a Sánchez al gobierno en 2018 vía moción de censura. Es la actual versión del Frente Popular de 1936 que siempre tuvo a los nacionalistas vascos entré ellos.
Illa apuesta por pasar página del procés tras las elecciones del 12 de mayo, lo cual con este PSC y este PSOE abducidos de sanchismo, sería para tomárselo a broma sino fuera porque es demasiado grave. Los indultos y la amnistía, dijo Sánchez, «han servido para acabar con el enfrentamiento en Cataluña» mientras su indultado Turull proclama en el diario oficial del sanchismo que «volvería a repetir el 1-O, pero ahora mejor». Desde ERC, Aragonès dice que «la amnistía no es el final de nada sino el comienzo de otra etapa del proceso para conseguir la autodeterminación y la independencia de Cataluña».
Feijóo se la jugaba en Galicia y superó la prueba con elevada nota. Sánchez se la juega el 12 de mayo: si los separatistas suman mayoría y gobiernan, es su final. Y si Illa pacta con ERC, Puigdemont no le mantiene en La Moncloa.