La batalla de Feijóo en Cataluña
Francisco Marhuenda.- Una coalición entre el PP y Ciudadanos en Cataluña era un disparate. El equipo de Feijóo no debería perder el tiempo con proyectos absurdos. Tiene que centrarse en construir una candidatura sólida para obtener un gran resultado en las elecciones. En cualquier actividad es malo dispersarse. Ciudadanos no existe. No quedan más que restos dispersos sin fuerza electoral y algún dirigente que puede integrarse en el proyecto popular. Uno de ellos es Adrián Vázquez, que es un político serio y preparado. Es un partido que estuvo muy mal gestionado, ya que sus dirigentes no supieron estar a la altura de las expectativas de sus votantes. Unas siglas deterioradas no aportan nada. No entiendo que alguien creyera seriamente que tenía alguna utilidad incorporarlas. Feijóo tiene una oportunidad extraordinaria en Cataluña, porque un éxito de su partido y un fracaso del sanchismo acabaría con el disparatado plan de Sánchez de aguantar la legislatura sometido a los caprichos de Puigdemont, Junqueras y Otegi.
Es cierto que la primera etapa es en el País Vasco. El PP no tiene que volver a ser, sea cual sea el resultado, el tonto útil. El PNV ha demostrado que no es un partido fiable y se tiene que atener a las consecuencias. Ha preferido apoyar a Sánchez y unir su suerte a una coalición con los comunistas, los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA. Por su parte, el PP se tiene que centrar en atraer el voto constitucionalista, tanto en el País Vasco como en Cataluña, con un mensaje claro y directo en contra del sanchismo y el independentismo. En el primer caso, que gobierne el PNV con sus amigos socialistas y bilduetarras. En el segundo, el enemigo a batir es un socialismo entregado a Puigdemont y Junqueras. Por ello, ha de levantar la bandera de la defensa de la Constitución, del Estado de Derecho y de una Cataluña integrada en España en lugar de convertirla, como hacen los independentistas y los socialistas, en un instrumento al servicio de la secesión y el enfrentamiento. Feijóo puede conseguirlo, pero tiene que ignorar los cantos de sirena de la derecha acomplejada y de la izquierda política y mediática.