Oriana Rivas.- “Dime con quién andas y te diré quién eres”, reza un famoso refrán que parece calzar con la actitud del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, envuelto en el escándalo que protagoniza su esposa por la investigación sobre presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción.

La similitud del mandatario con la frase radica en su rechazo a dicho proceso judicial, al que ha tildado como una “estrategia de derribo” y “una campaña de acoso”. Sin embargo, detrás de sus argumentos suceden cosas que desmeritan su supuesta ofensa. Esa “indignación” incluso lo llevó a un fuerte enfrentamiento con el presidente argentino Javier Milei, quien se hizo eco de las sospechas sobre Begoña Gómez.

El doble rasero de Sánchez sale de nuevo a la luz, al conocerse que la cantidad de dinero que España ha prestado a la dictadura venezolana se triplicó desde que el mandatario socialista está en el poder, es decir, en 2018. En otras palabras, de los 70 millones de euros en promedio que Caracas adeudaba a Madrid entre 2011 y 2018, esa cifra pasó a 221,8 millones de euros en 2023. Así, el país sudamericano saltó del puesto 16 al podio que integran las seis primeras naciones deudoras con este gobierno europeo, según datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa citados por The Objective.

Gran aliado del chavismo

Que el Gobierno de Pedro Sánchez triplique los préstamos al régimen venezolano podría explicarse en los profundos vínculos ideológicos que los unen. No es un secreto cómo hace cuatro años España se convirtió en el segundo gran aliado de Maduro, en medio de una profunda crisis que azotaba al país sudamericano, para formar una red de apoyo junto a Rusia e Irán. Para el 2022, Sánchez se negó a llamar “dictador” a Maduro.

Ese nexo tiene precedentes. Pablo Iglesias, fundador de Podemos, entabló una profunda amistad con el fallecido Hugo Chávez que los llevaría a hacer turbios negocios, incluyendo un financiamiento para la creación de “fuerzas políticas y movimientos sociales”, y así propiciar en España “cambios políticos afines al Gobierno bolivariano”.

De manera que mientras el gobierno socialista español se dice ofendido porque el presidente argentino llama “corrupta” a la esposa de Pedro Sánchez, los nexos de este con regímenes izquierdista que desfalcan las arcas de sus países, son una constante. Ese respaldo se materializa en los millones de euros concedidos a Maduro, los cuales representan “uno por cada 50 euros que el Estado presta a sus socios extranjeros”, de acuerdo con el portal mencionado.

El intríngulis con Argentina

El gobierno español propicia un enfrentamiento con Argentina por las palabras del presidente Milei, a pesar de que no corresponden a un juicio de valor, sino a lo que sugieren investigaciones periodísticas sobre alianzas convenientemente fructíferas de Begoña Gómez en los últimos años. Algunas empresas españolas incluso temen que se rompan las relaciones bilaterales y pongan en peligro acuerdos económicos.

Esta ola también la están aprovechando otros gobiernos izquierdistas, como el de Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, para arremeter contra el mandatario argentino y sus “ataques” con “nefastas manifestaciones” que incurrirían en “violaciones del derecho internacional y los protocolos diplomáticos”. Es a la vez, un espaldarazo al gobierno de Sánchez, que dice sentirse ofendido a pesar de su complicidad con un régimen cuyos representantes amasaron fortunas a costa del dinero público.