El secreto del rey
El rey sabe que la amnistía no es amnistía, porque los “amnistiados” han proclamado su intención de repetir el golpe en cuanto puedan. Sabe, que, aun si no fuera así, es una medida anticonstitucional ya en un plano golpista. Sabe que el propósito de los “amnistiados” es destruir la unidad nacional de España. Sabe que coinciden con el Doctor Saunas, convertido en golpista principal, en considerar a España, no como una nación sino como un amasijo de “naciones” con derecho a disgregarla. ¿Por qué, entonces, ha firmado un ataque tan frontal, tan golpista, a España y a la propia Constitución, dejando a España sin ley? ¿Ha claudicado o ha colaborado?
El secreto de su decisión creo que es doble. La Constitución, hecha con algunas trampas y por políticos de poco fuste, es ambigua: afirma la unidad nacional y al mismo tiempo la socava hablando de “nacionalidades”, sin derecho explícito de autodeterminación, pero con derecho a ampliar indefinidamente sus competencias a costa de la unidad. Esta ambigüedad ha llevado a un sinfín de vulneraciones de la ley, hasta llegar a la situación presente, que no es de vulneración sino de simple y llano golpismo. La Constitución permite defender la unidad nacional y socavarla hasta el golpe de estado como ocurre actualmente. Llegado un momento, es necesario elegir, y el rey parece haber elegido contra la unidad nacional, base a su vez de la Constitución y de la democracia.
Esto ha sido posible porque desde la crisis moral del 98, el problema mayor de fondo de España, junto con el de la evolución totalitaria, ha sido el mencionado: ¿es España una nación o un estado impuesto sobre varias naciones que tendrían derecho –casi obligación, dada la constante denigración de la historia de España– a separarse? Obsérvese que la tendencia a la disgregación ha ido aliada a la totalitaria, representada sobre todo por el PSOE ya desde 1918. Este doble problema es la raíz y la explicación de la guerra civil, y hoy reaparece con fuerza amenazante.
¿Qué concepción de España tiene el rey? Si observamos atentamente sus declaraciones, vemos en ellas cierta tendencia a concebir España como plurinacional, algo parecido al Imperio austrohúngaro. Está además fuertemente influido por una formación anglosajona y demasiado íntimamente unido a la monarquía inglesa (la de Gibraltar, no se olvide). Historiadores y políticos ingleses han querido presentar a España como un conjunto deshilvanado y sin verdadera unidad (ver mi “Galería de charlatanes“, con Raymond Carr y otros). Los actos de Felipe VI hacen sospechar que su firma de una seudoamnistía golpista no es una anécdota, sino que incide en un problema fundamental que obliga a tomar postura. Y ya la ha tomado. A menos que rectifique de algún modo.
Es una “ensoñación” pensar que España podría ser algo así como el antigio imperio austrohungaro…Para eso, haría falta alguien de la talla de aquellos antiguos Habsburgo de la Casa de Austria que gobernaron Espàña, y porque la amaron, la hicieron grande, fuerte, poderosa, magnífica, madre patria de la hispanidad, que creían en Dios y sólo se arrodillaban ante Él.
Listos los franceses, se quitaron a los borbones y se los metieron a los españoles.
Pero qué bobada de artículo. El rey no tiene más secreto que querer conservar su pose. Sabe quien manda y obedece para no ser castigado. Lo hacemos todos en la mayoría de lis órdenes de la vida. Los que ponen la cara para que se la partan se llaman mártires, y ya no están de moda.
,Lo que no hay, es valientes
No, un valiente no es más que un temerario que ha calculado mal. Don Felipe sabrá, porque lo sé hasta yo, que no tiene detrás una masa crítica suficiente de seguidores dignos. El pais está podrido, se muere. Vamos hacia otra cosa, que además huele muy mal.
Un verdadero valiente aunque a veces pueda parecer un temerario, no lo es porque confía en la ayuda de Dios. Por lo tanto es no contar con Su Ayuda el mal cálculo, dado que sin El nada es posible…
Y ese es el problema : olvidarse de Dios, y de que “son inescrutables Sus caminos”