El bueno, el feo y el malo
Varios datos económicos importantes se publicaron ayer lunes. Uno tiene que ver con la evolución del IPC en la zona euro durante el pasado mes junio, el del IPC adelantado española lo conocimos el viernes, otro sobre el mercado de trabajo español y el de PIB revisado del primer trimestre.
Ya nos hemos acostumbrado a la retórica gubernamental de que la economía va como un cohete, tantas veces como modestamente hemos intentado desentrañar la letra pequeña que no nos muestran. Es lo que ocurre cada mes con el empleo y el paro desde que se aprobó la reforma de Yolanda Díaz.
Se eliminaron los contratos temporales, pero renacieron los fijos discontinuos en un número que, aunque no es oficial, expertos cifran en unos 800.000. Ya de momento, los datos de desempleo están pervertidos. Pueden repicar las campanas todo lo que quieran. Sin embargo, la cifra de real de parados es al menos un millón más de los que nos ofrecen desde Trabajo. Hay que recordar que un fijo discontinuo inactivo cobra el paro, pero no figura en las listas. Con esto está dicho todo. Y en cuanto al empleo, no hay que dejar de lado el hecho de que ya casi 800.000 trabajadores son pluriempleados.
Si de lo que hablamos es de precios, teniendo en cuenta que Eurostat ha publicado que la media de la eurozona es de un aumento del 2,5% no podemos de ninguna manera estar satisfechos, ya que en junio subieron en España el 3,6%. De hecho, desde que gobierna Sánchez, el IPC general ha subido un 19% y los alimentos un 35%. A los que se empeñan en decir que los precios han bajado, hay que decirles una vez más que los precios no bajan, se acumulan a anteriores subidas y que en todo caso se han moderado desde las escandalosas cifras de meses atrás.
A estas alturas, ya se estarán preguntando cuál es el dato bueno. Digamos que el PIB del primer trimestre muestra una mejor cara que otros datos, ya que parece haber repuntado algo el consumo y la inversión. En todo caso, hay que estar muy atentos al aumento del crédito al consumo, con un incremento del solicitado por las familias del 6% algo que no veía desde hace 15 años. También lo han hecho las cotizaciones sociales y los impuestos lo que deja la renta familiar disponible tiritando. Algo semejante ocurre con las empresas, lo que se ve claramente en las subidas espectaculares de quiebras y cierres. Un hecho que, por cierto, se verá agravado, también el empleo, si se impone la reducción de la jornada laboral en el comercio, la hostelería y el transporte.