Retorno al esperpento
La expedición a las selvas panameñas de España Rumbo al Sur, que ha liderado Telmo Aldaz de la Quadra Salcedo, y van 19, siguiendo los pasos y la epopeya de Balboa para llegar del Atlántico al Pacífico ha sido dura, exigente, vibrante y cargada de emociones y enseñanzas. He aguantado, que no es poco, las tres semanas de esfuerzo, sudor a chorros, tormentas a lo bestia y marchas asfixiantes y he vuelto, cosido a picotazos de los más diversos bichejos, eso siempre está en el guión, pero entero y contento de haber ido.
Vine a volver el día en que Puigdemont y compañía ofrecieron su espectáculo a tres pistas, pues en el esperpento han estado todos consorciados y estaba más que orquestado el montaje conjunto en el que todos los implicados, Sánchez como director de escena, Illa como “prima dona”, los mosos como guardaespaldas, los de ERC como bien cebados comparsitas y Puigdemont como presunto protagonista, pero más bien como un Pierrot descolorido, han actuado y conseguido cada cual sus objetivos.
Porque el sainete ha sido, para ellos, todo un éxito. Porque lo que está es que todos han pillado cacho y extraído ganancia y los paganos y perdedores en dignidad, igualdad, prestigio y dinero hemos sido los españoles como ciudadanos y España como Nación soberana, que estamos dejando de serlo a pasos agigantados. Sánchez con su peón Illa ha conseguido lo buscado, la investidura en Cataluña, y él seguir ocupando el poder a cualquier precio y a costa de vendernos a trozos y a cachos, pero eso ya ni es noticia.
Los separatistas han impuesto y ellos tragado con alborozo separatistas imponen todas sus exigencias, se convierten en saqueadores privilegiados, con quienes no van ni obligaciones ni cuentan deudas, de los erarios públicos y comunes al que ellos ya no aportarán pero trincarán a manos llenas. A Puigdemont se le dejó montar su sarao con la connivencia de Marlaska y la complicidad de la policía política de la Generalitat, y volvió a la pista central, aunque de manera efímera y le dejaron esfumarse. Tan contento, aunque a mi parecer, quién menos tajada ha sacado y quizás perdido.
El espectáculo que nos han servido ha resultado degradante, mentiroso y ofensivo, de una chocarrería que nos humilla el mundo. Pero ¿que importa? La “Joker” del sanchismo, la sonriente esquilmadora de nuestros salarios y esfuerzos, la vicepresidenta Montero, tras derretirse en arrumacos con el patriarca de la banda, el intocable Pujol, se solaza con su éxito y nos dice, tras aseverar con la misma risa pintada en la boca, que esto, de lo que anteayer dijo que era aborrecible y para nada tolerable, es una maravilla. Y habla para quienes sabe que diga lo que diga y mienta lo que mienta la apoyarán hoy y los votarán mañana. También todos intocables que para eso esta el Tribunal de Conde Pumpido para convertir a los corruptos en héroes santificados.
Duele mucho la vuelta, porque es volver al cieno, a un escenario dominado por la perversión corrupta de un gobierno convertido en el peor enemigo de España como Nación y los españoles como pueblo ha tenido desde que recuperamos la democracia y nuestros derechos y libertades, ahora da cada paso cada vez más amenazados. Duele pero ni la rendición ni el silencio pueden ser la respuesta. Cada uno y cada cual estamos concernidos en salvarnos, como sociedad y como individuos, ya a nadie mas que a nosotros mismos.
PD. Hasta en las selvas panameñas me llegó la sinvengonzonería descarada de uno de los iconos de la parva gobernante, el miserable Zapatero. No le cabe otro nombre a quien se ha convertido en la alfombra de las más atroces dictaduras iberoamericanas y el valedor plenipotenciario del criminal Maduro. Es el blanqueador máximo de su atroz y zafio fraude electoral, que avergüenza hasta sus propios conmilitones ideológicos de la zona, y que ahora ya descubierto y probado mundialmente, completa con una brutal y asesina represión. Porque ahora ya sus manos y las que que quienes como Zapatero lo apoyan están manchadas de sangre. Su régimen es ya sin duda alguna una dictadura, liberticida y represora que pisotea y viola a diario los Derechos Humanos. Nuestro ex presidente es cómplice de ella y , aunque no serán nuestros tribunales puede que otros, un día se lo reclamen. Como al ínclito Juan Carlos Monedero, mantenido prominente del chavismo durante décadas y hoy allí retornado para seguir validando sus atrocidades y amorrado a su teta. No queda tampoco exento de culpa nuestro actual gobierno, tanto quienes apoyan sus atrocidades como quienes callando, otorgan.