Éramos pocos… y parió Alvise
Cómo no. ¿Qué les pasa a quienes deciden dedicarse a la actividad política que en cuanto comienzan a hablar lo complican todo? Alvise Pérez es un joven de 34 años, nacido en Sevilla, en la actualidad Diputado en el Parlamento Europeo. Su verdadero nombre es Luis Pérez Fernandez, experto en gatear por las redes y lanzar a través de ellas, comunicados que según fuentes bien informadas consigue de personas anónimas que ostentan altos cargos en instituciones y organismos oficiales, incluido el CNI. Ha generado con ello serias polémicas y no pocas querellas ante los tribunales de justicia instadas por aquellos que se han visto afectados. Alvise es un apodo y por él es conocido como líder de la Agrupación de Electores “Se Acabó La Fiesta”, que empieza a ser nombrada en los medios como SALF. Anduvo por el Parlamento Valenciano como asesor del partido Ciudadanos. En las recientes elecciones al Parlamento Europeo consiguió tres escaños con el 4,58 % de los votos emitidos, consiguiendo sumar un total de 811.545 papeletas. Un magnifico resultado.
Pero poco dura la felicidad en casa del pobre. Estaba tardando en hacer algún torpe movimiento que le encajonara marcando su techo de voto para regocijo y satisfacción del resto de partidos oponentes. Ha debido pensar que su caladero de votos está entre los descontentos del PACMA, partido animalista que aburre hasta a las ovejas, o en los seguidores de Walt Disney que despistados no han caído en la realidad de haberse hecho mayores y siguen humanizando tiernamente a todo animal que le recuerde a Pluto, Minnie Mouse, Pato Donald, Goofy o Mickey Mouse.
La ocurrencia de Alvise ha sido realizar la siguiente afirmación: “Con mi voto no vais a contar para maltratar animales” y además postula: “Ni un solo euro público a ninguna actividad de ocio basada en la crueldad animal». Posiblemente le interese hacer un tándem con el ministro Urtasun, quien ha decidido dejarnos sin el Premio Nacional de Tauromaquia. ¿Será debido a que los extremos suelen tocarse y coincidir en mucho?. Quien politiza el fútbol acaba perdiendo y quien lo hace con la tauromaquia se diluye como el azúcar en el café. Los posicionamientos logísticos del voto errante hacen que ciertos políticos quieran aprovechar las corrientes para nadar sin esfuerzo. Después llegan los batacazos.
¡Alvise de mi corazón, que pronto has empezado a equivocarte!