La Comunidad 18 y otras bromas
La burocracia en España es un mal endémico que se ha ido agravando con los años. Todos los gobiernos conocidos se han mostrado dispuestos a mejorar el asunto, pero la verdad es que ninguno lo ha abordado en serio y por tanto no lo ha solucionado. Las empresas y los ciudadanos lo viven a diario. Es un calvario absoluto cualquier gestión que haya que realizar con las Administraciones Públicas. Lo vivimos de forma dramática durante la pandemia. Han pasado varios años y las cosas lejos de mejorar han empeorado. La mala experiencia en este caso no ha servido para acelerar el cambio.
Ahora, el ministro de Economía asegura que se va a meter a fondo y propone para aligerar los trámites y acompasar las legislaciones de las Comunidades Autónomas de forma que no haya que realizar gestiones diferentes para un mismo asunto. A Cuerpo se le ha ocurrido algo así como la creación de la Comunidad 18. La verdad recuerda un poco a crear una comisión para que nada cambie. Eso sí llenarla de directores, subdirectores o asesores para que elaboren un plan que evite las duplicidades y cree algo así como un mercado único.
No es que yo sea especialmente pesimista sobre estas iniciativas que, por otra parte, he escuchado ya montones de veces y han caído en saco roto, es que varias organizaciones que tienen cada día que lidiar con las Administraciones tienen la fe de Santo Tomás. Asociaciones como ATA de autónomos o la de los Gestores Administrativos trasladan sus mínimas esperanzas en que un proyecto así se lleve a cabo, sobre todo porque ya llueve sobre mojado.
El día a día es devastador. Para cualquier ciudadano es complicado hacer gestiones directamente o por internet, aunque hay que decir que el SEPE se lleva la palma. Es increíble que cualquier organismo o ayuntamientos te exija documentos de los que ya dispone la Administración. Pero, mucho más sangrante es para las empresas que quieren operar en distintas partes de España. Gestiones como crear la propia empresa ya es una tortura. Documentación, requisitos y tiempos diferentes para un mismo propósito. En fin, habrá que ver cómo empieza este objetivo de Economía y sobre todo si acaba o se queda en el cajón, como tantos proyectos que son muy necesarios, durmiendo el sueño de los justos.