LA LEY BEGOÑA
El artículo 20 de la Constitución Española recoge lo siguiente: Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica. c) A la» libertad de cátedra ”. La ley anunciada por el gobierno no es otra cosa que una especia de voladura constitucional. Es una ley que contraviene un claro precepto constitucional que no admite interpretación restrictiva e impide la limitación en la libertad del desarrollo de las actividades protegidas y garantizadas.
La prensa supone el llamado cuarto poder. Un poder limitador del ejecutivo tan importante como lo puedan ser el legislativo, hoy caído en desgracia en virtud de pactos antinatura, y el judicial. La libertad de prensa es el sostén del régimen democrático. Sin esta es imposible su subsistencia. Hoy la prensa también ha sido dividida por el muro gubernamental. Unos medios dóciles y defensores a ultranza de la acción gubernamental contrasta con otros críticos, que no se han dejado comprar ni amedrentar y que son objeto de atención prioritaria para conseguir su silencio, su apaciguamiento informativo aunque para ello se contravengan preceptos constitucionales. La técnica puesta en marcha por Ferraz consistente en señalar a los medios disidentes para conseguir que las empresas anunciantes retirasen sus cuñas y reportajes, por temor a represalias de todo tipo, les ha salido mal. En España aún no hay miedo, este gobierno no atemoriza, no porque no de motivos para ello, sino porque la ciudadanía sabe que estamos en un paréntesis de la historia y el actual estado de cosas pasará.
El Gobierno que sustituya al actual tendrá una ingente tarea de modificación y abrogación de leyes tan injustas como caprichosas ,como la que trata de acallar y controlar a los medios de comunicación y periodistas justificándola por un absurdo cuál es la generación de bulos y falsedades informativas, cuando en realidad es debido a la cobertura mediática sobre los posibles delitos cometidos en el entorno familiar del presidente del Gobierno. Quien declaró venir a acabar con la corrupción está sumido en un lodazal de podredumbre no conocido hasta ahora en nuestra democracia.
Este toro legislativo se lo ha brindado a su esposa, siendo por ello que haya sido bautizada como “ Ley Begoña” y así pasará a la posteridad, para vergüenza de sus incitadores, siendo la historia quien escriba que hubo una vez un gobernante que quiso acabar en España con la libertad de prensa, limitando la actividad profesional del periodismo en beneficio propio.