Se supone que un ejército, y más si es el más poderoso del mundo en un momento de extraordinarios desafíos bélicos, tiene como principal objetivo convertirse en el instrumento más eficaz posible para ganar guerras. Pero ese no parece ser el caso en Estados Unidos, donde las Fuerzas Armadas llevan años convirtiéndose en un laboratorio donde experimentar con todo el programa woke del progresismo norteamericano.

Hace menos de una semana se presentó el primer submarino diseñado para tripulaciones mixtas, de hombres y mujeres (e, imaginamos, los infinitos géneros intermedios), el USS New Jersey, y ahora salta la noticia de que el Pentágono tiene planes para frustrar el ascenso de los blancos a la oficialidad.

Después de años de marear la perdiz, al fin la Fuerza Aérea se ha visto obligada a entregar a la Daily Caller News Foundation una serie de documentos internos que describen medidas para lograr su objetivo de reducir el número de postulantes varones blancos en un popular programa de oficiales.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, CQ Brown, emitió una nota en 2022 informando de que el ejército tenía planes para priorizar la «diversidad y la inclusión» (menos varones y menos blancos) en los ascensos. Los documentos plantean cuotas raciales y de género y detallan cómo esperan reducir el número reducido de varones blancos en el programa de solicitantes de oficiales del Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de Reserva (ROTC).

En teoría, Estados Unidos tiene leyes que prohíben taxativamente la discriminación por razón de raza (entre otros motivos), pero desde la aprobación de programas de «discriminación positiva» tras los conflictos por los derechos civiles, que privilegian a las minorías raciales, son virtualmente letra muerta.

Concretamente, la actual Administración se ha mostrado especialmente beligerante en este aspecto. Los documentos reflejan el intenso esfuerzo del Pentágono bajo el gobierno Biden-Harris por aplicar políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en las fuerzas armadas, en un momento en que el Ejército se las ve y se las desea para luchar contra la baja moral en las tropas, la caída en el reclutamiento y los numerosos abandonos.

«El pueblo estadounidense está preocupado, con razón, por el hecho de que, en un momento en que nuestro país enfrenta amenazas peligrosas y crecientes en todo el mundo, la Fuerza Aérea se centra en esfuerzos de reclutamiento basados en objetivos arbitrarios de diversidad racial, no en el mérito o en aumentar la letalidad de la fuerza», dijo al DCNF James Fitzpatrick, director del Centro para el Avance de la Seguridad en Estados Unidos (CASA), informa el Daily Caller.

La Gaceta