¿Consiente el Papa usar preservativos a los prostitutos o a las prostitutas?
La sonada apertura del Papa al uso del preservativo en algunos casos ha estado rodeada de ambigüedad, pues no ha explicado cuáles son esos supuestos, y además ahora emerge una curiosa confusión que enrarece aún más el único ejemplo que dio. Según el extracto del libro-entrevista ‘Luz del mundo’ adelantado el sábado por el ‘Osservatore Romano’, diario de la Santa Sede, Benedicto XVI citó el caso de una prostituta. Pero resulta que en el original en alemán de la charla con el periodista Peter Seewald, hablaba en realidad en masculino, de un prostituto, «ein Prostituierter».
En la traducción francesa del libro, que se publica hoy en cuatro idiomas, se respetó la palabra -«homme prostitué»-, y también en la inglesa -«male prostitute»-, pero el traductor italiano decidió cambiarla al femenino, y eso que en esta lengua existe el término ‘prostituto’. El texto que anticipó el ‘Osservatore Romano’ y dio la vuelta al mundo era, naturalmente, la traducción italiana… pero no es lo que dijo el Papa. Como ocurre en ocasiones, la intervención de una mano italiana da ribetes cómicos al asunto, sea por simple chapuza o pura mojigatería, pero ayer el Vaticano no daba explicaciones, salvo la de insistir en que «la sustancia no cambia».
De este modo se plantea también ahora la extrañeza de por qué Ratzinger ha buscado un ejemplo tan rebuscado como el del prostituto. La Santa Sede también guarda silencio, aunque fuentes vaticanas han explicado de forma peregrina al ‘Corriere della Sera’ que quizá se deba a un deseo del Papa de huir de los clichés.
La impresión, como ha pasado otras veces, es de cierto caos. Este error se produce en un asunto importante, la nueva actitud de la Iglesia católica hacia el condón después de 42 años, y ofusca aún más la ya escasa ilustración que el Papa ha hecho de este cambio de opinión. Además, se trata de un fallo más en una larga serie de problemas de la maquinaria de comunicación del Vaticano.
Malestar en la Curia
Por otro lado corre cierto malestar en la Curia por cómo ha salido a la luz la noticia. La exclusiva de las declaraciones de Benedicto XVI sobre el condón es del ‘Osservatore Romano’, pues la prensa italiana de ese día tenía extractos del libro, pero no ése, el más explosivo. La primicia es fruto del afán competitivo del actual director, Giovanni Maria Vian, que quiere dar al diario un aire más dinámico, pero en el mundillo eclesiástico ha sentado mal que el propio diario oficial del Vaticano haya eclipsado totalmente los actos de nombramiento de cardenales del fin de semana.
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, consideró ayer que las últimas palabras del Papa sobre el uso del preservativo suponen un «paso insuficiente», «muy propio de una Iglesia que siempre va un poquitín por detrás de los acontecimientos». Jáuregui, encargado de las relaciones del Gobierno con la Iglesia católica, reconoció no obstante que se trata de un «avance» respecto a lo que el propio Benedicto XVI había negado «de manera taxativa» hace solo un año.
Por su parte, el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, afirmó que, con la justificación del uso del preservativo que hace el Papa en el libro ‘Luz del Mundo’, se refiere a casos «totalmente excepcionales», aunque señaló que es mejor leer el libro primero. «Después podremos hablar», concluyó.