Cuando Sánchez pedía explicaciones al presidente del Gobierno: “Conocía la corrupción y la encubrió”
LD.- Pedro Sánchez no llevaba ni cinco meses en la Moncloa cuando la por entonces vicepresidenta Carmen Calvo creó una nueva doctrina gubernamental según la cual había un Pedro Sánchez presidente y un Pedro Sánchez ciudadano. En base a esta teoría, no se le pueden pedir explicaciones por lo que dijese antes de llegar al poder. “Pasado mayo”, replicaba la exnúmero dos del Gobierno, pese a que esas declaraciones se habían producido hacía seis meses en una entrevista televisiva.
Sánchez llegó al poder tras una moción de censura contra la corrupción y con un mensaje regeneracionista. Una semana más tarde, forzaba la dimisión de su ministro de Cultura, Máxim Huerta, por una falta ante Hacienda que había abonado hasta con intereses. Seis años más tarde, Sánchez se aferra al cargo y no permite ni una sola dimisión. Así, por ejemplo, defiende a su Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, que está encausado ante el Supremo por “revelación de secretos”.
Nada se mueve en el Gobierno. Sánchez pone “el modo avión” a las preguntas o peticiones de explicación sobre la corrupción que anidó en su Gobierno. Y es que seis meses más tarde de la dimisión de Huerta, en el Ejecutivo se montaba una trama corrupta que ahora empieza a desarticularse. Lo que queda claro es que el mejor líder de la oposición a Pedro Sánchez es el propio Pedro Sánchez. De ahí que Calvo quisiese hacer esa distinción nada más llegar al poder. Sirven unas tuits de Pedro Sánchez, antes de llegar a la Moncloa, para comprobarlo.
“No basta con pedir perdón”
Este miércoles pasado, durante la sesión de control, Sánchez lamentó por primera vez el caso Ábalos. “Es un caso de corrupción que lamento y pido disculpas a la ciudadanía”, afirmaba ante la portavoz de Podemos, Ione Belarra. Sin embargo, al Pedro Sánchez del pasado le parecería poco, igual que fue escaso el perdón de Rajoy por el caso Bárcenas.
Y es que en un acto del PSE, Sánchez se definió como “un radical” en “la lucha contra la corrupción”. Tres años más tarde, al poco de llegar al Gobierno, comenzaba la trama Koldo, ya que la primera relación probada entre Víctor de Aldama y Ábalos está en un viaje a Oaxaca (México) en diciembre de 2018. Sólo seis meses después de la moción de censura.
“Transparencia y punto”
En sus tiempos en la oposición, Sánchez pedía a Rajoy “transparencia” y afirmaba que no estaba “legitimado para luchar contra la corrupción”. Una década más tarde, ya en el Gobierno, utiliza a la Abogacía del Estado para denunciar al juez que investiga a su mujer.
“Conocía la corrupción y es cómplice”
Sánchez sentenciaba que Rajoy “conocía la corrupción, la encubrió y es cómplice”. Ahora, cuando los escándalos asedian a su Gobierno, es el líder socialista el que “no contesta” cuándo conoció la corrupción que afectada a Ábalos, por qué le ceso de ministro y si sabía o intuía algo entonces. Tampoco responde cuántas reuniones tuvo con Aldama, si el empresario estuvo en Moncloa o si visitó la sede del PSOE en la calle Ferraz.
“Quien calla, otorga”
Sánchez, que no se ha sometido a una rueda de prensa abierta sobre los escándalos que afectan a su partido, y trata de eludir las preguntas, sentenciaba en 2016 que “quien calla otorga”, y afirmaba que le “preocupaba el silencio” del presidente del Gobierno “ante los casos de corrupción de su partido”.
“Instrumentalizar las instituciones públicas”
La doctrina del Sánchez como líder de la oposición es que había “dos tipos de corrupción”. Una, la de las comisiones ilegales, y la otra, la de “la instrumentalización de las instituciones públicas”.
Ahora, Sánchez se parapeta en la Fiscalía e impide que dimita el Fiscal General, García Ortiz, pese a estar imputado por “revelación de secretos” contra un rival político. Utiliza a la Abogacía del Estado para querellarse contra el juez que investiga a su mujer. Designa como miembros del Tribunal Constitucional a un exministro y a una asesora del ministro de Presidencia o pone al frente del Banco de España a otro exministro. Pero esto, no es corrupción para Pedro Sánchez.