Xavi Altamirano.- Una irreverencia injustificada ha tenido que sufrir mi piloto — soy Marquista confeso — desde todos los ámbitos del deporte de las dos ruedas. Siempre es por los mismos motivos esa actitud de hundir a los nuestros, — Antonio Banderas sobreactúa, defendemos a Valentino frente a Marc, a Federer frente a Nadal, en el 2010 el Barça apoyo el Balón de Oro para Messi en vez de pelear por dárselo a un Iniesta sobresaliente, ¿sigo ?.

Entiendo que el macarra de Valentino Rossi tenga seguidores en todo el mundo, incluida España, pero no hay que acabar con el nuestro.

Este fin de semana en Australia ha vuelto definitivamente Márquez, no por demostrar más talento que nadie en circunstancias desfavorables en la pista — que ya eso lo ha demostrado este año cada vez que lo negro resbalaba — sino porque definitivamente se le han cicatrizado las heridas de las cornadas que le ha dado este deporte, y el trabajo, la constancia y el saber hacer, le han devuelto la sonrisa que siempre lució; » esa sonrisa que denota seguridad en si mismo «. Pocos pilotos pueden sobreponerse a esas secuelas de las caídas, solo lo comparo por justicia con Mick Doohan, cuando en el 92, en los entrenamientos de Assen sufrió una caída que le produjo una fractura abierta de tibia y peroné con unas consecuencias tremendas, hasta el punto que los médicos se cuestionaron amputarle la pierna derecha, y fue el Doctor Claudio Costa el que propuso transferirle sangre de la pierna sana a la afectada y así, manteniéndole las piernas conectadas durante varios días, consiguió salvarlo de la amputación,

Después de esa operación y esa dura rehabilitación, fue cuando Doohan recuperó la sonrisa y consiguió 54 victorias y 5 títulos, con una palanca al manillar de su NSR500 desde donde accionaba el freno trasero.

Esto solo esta al alcance de unos pocos dotados, y Marc es uno de ellos.

Hoy domingo hemos visto todos, «TODOS» como la ducati24 podía pasar a la 23 por rebufo y al revés era imposible; también hemos visto que la 24 baja el culo más que la 23 y a pesar de esos «detallitos para algunos sin importancia» Marc las ha cogido a las dos, y adelantando de forma que ni se han enfadado las madres de Pecco y Jorge, ha ganado con solvencia.

Estará de aquí a final de temporada como observador de lujo en la guerra Martín – Bagnaia, que espermos se la lleve el nuestro.

¿O también nos vamos a hacer de Bagnaia?