La tragedia ha teñido de color luto el levante español. Un temporal sin paliativos ha arrasado la Comunidad Valenciana y otros puntos del interior dejando a su paso un sinfín de inundaciones y un reguero de muertes —al menos 155 y numerosos desaparecidos— que ya permiten describir la presente DANA como la más cruel del presente siglo.

Miguel Bosé

Se han amontonado en redes sociales numerosos mensajes de apoyo al inconsolable dolor que las gentes que habitan las localidades que han sufrido las lluvias torrenciales. También ha habido espacio para reivindicaciones políticas, sociales y climáticas; todo ha venido a reunirse en la publicación que Miguel Bosé ha dedicado al asunto: envía sus condolencias y, muy tajantemente, niega cualquier tipo de efecto de un cambio climático que, dice, no existe. Todavía mayor eco mediático ha tenido dicho manifiesto al comentar Mónica Naranjo unos emoticonos de manos levantadas en señal de inequívoco apoyo.

“Estoy devastado y superado por la catástrofe ocurrida en Valencia. También en Cuenca y Albacete”, inicia, sin matices, su texto. Después deja que su enfado hile el mensaje: “Pero sobre todo estoy furioso y lleno de rabia porque todas estas vidas perdidas, todas estas casas, campos, ganado y pertenencias son indiscutiblemente la consecuencia ya sobradamente documentada y pública de una suma de pésimas y criminales prácticas”.

A su juicio, estas acciones han sido “llevadas a cabo por gobiernos que, entre destrucciones de presas y embalses, y sobre todo con la práctica desmesurada y sin control de las ingenierías climáticas, chemtrails [planteamiento que defiende que las estelas de condensación de los aviones arrojan agentes químicos] o Haarp [proyecto de geoingeniería que estudia la ionosfera y que se tacha como causante de desastres naturales] que se les han ido de las manos”. Todo ello no ha causado, expresa, “más que dolor, sufrimiento y pobreza”.

Estas teorías tendrían por consecuencia que “las estaciones naturales han sido borradas y el curso de la naturaleza, alterado”. “Todo está provocado a voluntad por una panda de delincuentes malnacidos. La gente tiene que despertar ya de una vez y dejar de pensar que todo esto se debe al cambio climático, antes llamado calentamiento global”, proclama, zanjando con contundencia: “No hay tal cosa”.