El fango
Marina Castaño- Tanto que claman Sánchez y sus mariachis por el fango y aquí lo tenemos llevándose un número de vidas que crece y crece por delante, mientras él se beneficia de quienes respetamos el luto y lloramos la muerte de todos aquellos que lo perdieron todo: la familia, el hogar, sus pequeñas cosas, sus coches, todo, y el vampiro sigue chupando la energía ajena para beneficiar o encubrir su imagen y la de los suyos, la mujer con dos imputaciones más, el hermano, el fiscal general, Ábalos, Koldo y compañía, todo lo que le ensucia otra vez tapado, en este caso por la desgracia de tantos cuyos devenires no tienen vuelta de hoja, porque al igual que con el volcán canario, las ayudas no llegarán nunca. Aquello de “no os vamos a dejar solos” fueron palabras que se llevó el viento, que se llevó la lava, y, en el presente serán frases que se irán con la riada, por el Turia abajo, y él seguirá fagocitando lo que pueda aunque sea el mal ajeno: siempre saca beneficio de lo que a los demás embarra. A “Le Monde”, el diario francés más leído, viendo las cosas desde el otro lado de la frontera, no se le escapa sin embargo que el que fuera su brazo derecho está ahora sumido en los casos de corrupción que capitaneó desde su otrora altísima plataforma, quiero decir, el ministerio, la secretaría de organización del PSOE y toda la influencia que ejercía en la administración del Estado. Su mujer está relacionada estrechamente con el brazo ejecutor de las corruptelas, hoy en la cárcel. Su fiscal general del Estado tiene el despacho registrado por la Guardia Civil, incautando todos los dispositivos electrónicos que puedan ofrecer información sobre todos los cargos que se le imputan. Y, en fin, el caso Errejón del que ya hemos dado cuenta de forma suficiente porque es el boomerang que les ha dado en la cara a las feministas, las autoras del sí es sí y toda esa ultraizquierda maximalista que tanto daño vienen haciendo a nuestra irreconocible sociedad. Como colofón precipita el decreto de RTVE en medio del luto por los muertos de las riadas para colocar a afines con un sueldo de cien mil euros para no dejar nunca un cabo suelto en favor de su propio lucro y amarrando hasta el infinito la estancia en el poder.
Aun así, tiene la desfachatez de calificar de falaces las acusaciones que sobre él se pueden derramar asegurando que “el tiempo pondrá las cosas en su sitio”.
Cuando los años pasen, Sánchez desaparezca y todo resulte un mal sueño –me refiero al tiempo que estamos padeciendo, que ya es mucho-, en efecto el recuerdo que España tendrá de él será el resultado de sus inolvidables mandatos. No tendrá la suerte de Biden a quien, después de las elecciones de esta semana que va a comenzar, se le recordará como el hombre que peleó cincuenta años por ser Presidente de los EEUU, que en los últimos tiempos desencadenó su propia expulsión y que al final de su mandato no lo han querido ni siquiera para los mítines de Kamala, a quien no votaría yo como americana. Como europea, no votaría a Trump.
CODA. Para desengrasar vamos a irnos de nuevo a esos ligeros toqueteos que tan de moda están. Ahora es el chamán matrimoniado con la princesa Marta Luisa de Noruega, a quien un padre de familia denuncia por haberse sometido a una sesión esotérica con el yerno del Rey Harald y derivar la cosa por caminos poco… digamos “ortodoxos”, con tocamientos de pene e insinuaciones sexuales. La cuestión es que los hechos se sucedieron hace diez años y es ahora cuando decide sacarlos a la luz. Me pregunto por qué no lo hacen en el momento sin esperar a la cima de la fama del acosador.