AD.- Eso es precisamente lo que se deduce de la capacidad innata de los Borbones de rodearse de la clase política más inútil y abyecta, y en confiarle a ella la pervivencia de su privilegiada estirpe. Desde el Marqués de Esquilache, que provocó el célebre motín con Carlos III, al traidor Godoy con Carlos IV o al Felón Fernando VII, pasando por el general Silvestre, que destruyó en ejército de África en el desastre de Annual, y al que jaleaba el bobo de Alfonso XIII al grito de “Olé tus cojones”, la Casa de Borbón se ha lucido siempre por una lucida estulticia

Ahí está Juan Carlos I el Campechano, que renunció a sus prerrogativas de Jefe de Estado y del Ejército para convertirse en un figurón al servicio no de la nación española, sino de Felipe González, Aznar y Zapatero, que le dejaron siempre hacer lo que más le gustaba: enriquecerse y fornicar con sus amantes a tutiplén. A condición, eso sí, de molestar lo menos posible. Al final, les incordió lo suficiente como para marcharse vergonzosamente, con el rabo entre las piernas, como su pobre abuelo Alfonso.

Ahora parece que Felipe de Borbón -dicen- se empeñó en visitar Paiporta y Chiva contra la opinión del gobierno, que le aconsejaba prudencia ante el cabreo de la gente. Dudamos mucho que D. Felipe se empeñe en nada… Si lo hiciese, hubiera salido el mismo miércoles, con autorización gubernamental o sin ella, al frente de esa Guardia Real tan pijichula que tiene. Sin embargo, -dicen también- que se limitó a poner a disposición de Su Sanchidad la fuerza para el rescate, cosa que D. Pedro declinó inmediatamente. El rey, sumiso a sus amos, agachó una real cabeza que ha querido levantar ahora, ya fuera de tiempo y de oportunidad,

En Chiva, en Paiporta y en otros tantos pueblos llevan cinco días abandonados por las autoridades estatales y autonómicas. Esas que machacan a los autónomos, nos esquilman con el IRPF, el Impuesto de Actividades Económicas y que, con el Impuesto de Sucesiones, despojan hasta a los muertos de su patrimonio. Ni el Ministerio de Hacienda ni las Diputaciones ni los Ayuntamientos van a dejar de ingresar ni un solo euro de los damnificados por la DANA. Para ellos no habrá misericordia y. por ello, les seguirán reclamando el IRPF y el IBI de sus arruinadas viviendas. Si no, al tiempo.

Y el Rey, pensando que todo el monte es orégano, se persona con una comitiva de 50 coches oficiales en una ciudad a la que todavía no ha acudido ni el Ejército, ni la UME, ni la madre que los parió. Y tiene la desfachatez de acompañarse por Sánchez, Mazón y Marlaska, los máximos responsables de la magnitud de un desastre que se hubiese podido evitar, a no ser por la inutilidad e incompetencia de esos tres tristes y mezquinos personajillos. Y la indignación estalla, y la gente grita “Asesinos” e “hijos de puta”, sin miramiento ni por la dignidad ni por el cargo, porque ya no se la merecen. Mandos militares con uniforme, pero sin honor ni amor a su pueblo, babeando por sus ascensos y condecoraciones, mientras amenazan con arrestar a los subordinados que les afean su inacción y sometimiento a unos gobernantes indignos e ineptos.

Y es que todos esos jerifaltes desprecian al pueblo español y en el fondo… les da asco, aunque vivan de él. Sólo lo quieren para jalear sus marranadas. Para que cambie el sexo de sus hijos, haga abortar a sus mujeres o eutanasie a sus ancianos.

En Paiporta Felipe VI, Sánchez, Marlaska y todos sus papichulos de uniforme han recibido del pueblo lo que se merecen: el abucheo, el desprecio y la justa ira de aquellos que llevan ya días entre lodo y muertos, con las palas en las manos, intentando aliviar el sufrimiento de unos españoles abandonados a su desgracia por aquellos que les estrangulan a impuestos, los pervierten con su inmoralidad, y luego desaparecen vergonzosamente cuando se les necesita. Por eso, ya no han tenido arrestos para acercarse a Chiva.

La Casa de Borbón y Pedro Sánchez y Mazón han empezado a pagar el precio de su ignominia. Su Sanchidad, ciertamente, podrá convertirse en el Maduro de una nueva dictadura venezolana, si la embajada de los Estados Unidos no recibe la orden de dejarle caer, pero Su Majestad se irá por el sumidero cuando alguien desemboce las atascadas alcantarillas de Paiporta y Chiva. Y entonces sí, España mañana será republicana. Y lo habrán merecido.