“En Valencia esperarán años a que llegue el dinero, como nosotros en La Palma”
La última colada, la que llegó por el lado sur cuando el volcán se extinguía, barrió la casa de Montserrat G. Fue en Todoque, el 13 de diciembre de 2021. Casi han pasado tres años y ella sigue viviendo en una casa-contenedor provisional, con su hija de diez años y su esposo. “Tenemos los pulmones afectados”, dice Montserrat. “Creo que es el pladur. Todos los días tenemos que limpiar el polvo exagerado”.
Desde el primer día, cuando fueron evacuados y se alojó en casa de su madre, esta familia solo ha recibido “los 10.000 euros de las donaciones municipales y del Cabildo”, cuenta Montserrat. “Las ayudas se han atrasado muchísimo. Cuando voy a preguntar, me dicen que están llamando (a los afectados), que sí se van a pagar. Me dicen que queda mucha gente, que quieren tener todo liquidado para finales de este año. Pero no sé si entraremos también nosotros, que fuimos de los últimos. Todos queremos saber por qué no se ha podido dar más rápido el dinero”.
Frente a los primeros 10.000 millones de euros en ayudas que el Gobierno central ofreció estos días para mitigar el desastre provocado con la DANA en Valencia, en la isla de La Palma se comprometió una línea directa de 400 millones (más otros 200 aportados por el Gobierno canario), repartidos en cuatro años y que en su mayoría sería destinado a indemnizar a los que había perdido hogares, negocios y fincas.
Apagado el volcán hace más de mil días, “aquí estamos pendientes de recibir los 100 millones del 2024 y estamos pagándole a la gente lo que se puede con los 100 millones de 2023 y los 50 que puso el Gobierno de Canarias”, asegura Vicente Leal, miembro de la Plataforma Iniciativa Popular para la Ley de Volcanes y asesor del Cabildo para las ayudas con Coalición Canaria. “Ya la gente empezó a cobrar este año, pero faltan muchísimos”.
En La Palma, los afectados por el volcán siguen de cerca las noticias que llegan de Valencia. ¿Creen que la reconstrucción allí tardará tanto como la de la isla? “No va a ser lo que están prometiendo, no se llevará a cabo 100%”, responde Montserrat, de 46 años, que espera volver a edificar una vivienda sobre la lava solidificada que enterró su parcela. “La gran diferencia son las pérdidas humanas. Nosotros estamos muertos en vida, porque ves a gente mayor que no tiene ya ni un trocito de huerta, que era lo que les daba la energía para levantarse. Pero allá han muerto personas. No es lo mismo. El Estado, como siempre, les promete y después va a pasar igual. Ellos esperarán años a que llegue el dinero, como nosotros. Van a tener que estar rogando por todo lo que les están prometiendo ahora”.
Registro único
La complicada gestión de censar a los damnificados y calcular la cuantía de lo que tendría que tocarle a cada uno, sobre todo por la ausencia de títulos de propiedad y empadronamiento en el anárquico mapa de las ‘casas terreras’, deja una lección que podría ser útil en el escenario inédito de los municipios valencianos: el registro único.
“Que todos los datos familiares estuvieran en un mismo documento facilitó las cosas”, asegura Sergio Matos, actual diputado, que coordinó la Oficina de Afectados para unos 12.000 usuarios “reales”. “Esa experiencia brinda una muy buena herramienta, que incluye datos de las familias y lo que perdieron”.
Con un cambio de Gobierno regional cuando se esperaban las compensaciones, en 2022 no hubo inyección de dinero directo pero sí “actuaciones del Estado, como la carretera de la costa”, dice Leal, mientras que los fondos de 2023 llegaron con retraso, debido a que “están vinculadas a los Presupuestos Generales, y no se han aprobado”. “Aquí la gente está haciendo un esfuerzo brutal”.
Según Matos, a La Palma ya se le han asignado “más de mil millones de euros”, si en el cálculo se incluyen “los 600 millones de los primeros años para el pago de los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo), la compra de viviendas (como la casa-contenedor que habita Montserrat), más 120 millones en tres planes de empleo y casi 200 millones del 60% de devolución en el IRPF para todos los palmeros”, afirma Matos. “Las ayudas han llegado”.
Empatía palmera
Pero las personas afectadas de manera frontal por las coladas, como Montserrat, todavía esperan incluso a tener la cifra con la que podrán volver a empezar. “Estamos a la espera de que nos la digan, para poder reiniciar nuestras vidas”, dice Montserrat, decidida a volver a Todoque. “Nos estaban diciendo que a lo mejor alcanzaba para una casita de dos habitaciones prefabricadas. Pero hasta no tener la ayuda no podemos calcular. Tal vez tendremos que hipotecarnos”.
¿Lo de Valencia podría perjudicar el proceso pendiente aún en Canarias? “La necesidad allá es prioritaria. Si lo que me tienen que dar les hace falta, aguantaría un añito más”, dice Montserrat. “Por empatía, sin amenazas. Además, nosotros en Canarias sabemos que estamos un poquito más olvidados. Me da esa sensación”.