La DANA, Teresa Ribera y la Confederación Hidrológica del Júcar
EE.- El acervo popular es infalible y ese refrán que señala que “las desgracias nunca vienen solas” no yerra. La DANA de Valencia, la mayor catástrofe natural de nuestra historia moderna, ha sido lo más parecido a una plaga bíblica del siglo XXI. Los muertos, los (aún) desaparecidos, los damnificados, los daños económicos, la lenta recuperación que se avecina… el dolor. Por si fuera poco, dos semanas después, aún con otra DANA menos dañina dejando la Península, nos desayunamos este viernes con 10 ancianos muertos en una residencia de Villafranca de Ebro (Zaragoza). Y mientras, en otro nivel de ‘desgracias’ descubrimos que el jefe de la Sección de Delitos Económicos en la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Madrid trabaja con los malos, que Donald Trump ha elegido para su gabinete a antivacunas, negacionistas, abusadores sexuales y demás ralea; que Pedro Sánchez quiere ponernos otros 46 ‘impuestazos’; que las agencias de publicidad acusan al Gobierno de utilizar la adjudicación de la publicidad institucional para beneficiar a los medios afines y castigar a los críticos; o que Begoña Gómez, la esposa del presidente, utilizaba a una directora general de Presidencia del Gobierno, para presionar a los patronos de su cátedra y conseguir que siguieran implicados en la financiación de su máster. Casi nada.
1. Teresa Ribera. El 28 de agosto, el Gobierno anunció la candidatura de la actual ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico para un cargo en la comisión europea de Ursula von der Leyen. Desde ese día, Ribera ha desaparecido del mapa y en consecuencia su participación en la prevención y posterior contención de la riada ha dejado mucho que desear. No sólo porque el día de autos estuviera en Bruselas haciendo lobby para su candidatura sino porque, como publicaron en exclusiva Alberto D. Prieto y Raquel Miralles, fue ella quien decidió parar en 2021 la “adecuación y drenaje” del barranco del Poyo por “problemas ambientales” en un estudio basado en la “visión del coste-beneficio”.
2. Confederación Hidrológica del Júcar. Este organismo, al igual que la AEMET, depende directamente del Ministerio de Transición Ecológica. Es decir, ambos son responsabilidad directa de la candidata Teresa Ribera. La CHJ es la responsable de vigilar el caudal de toda la cuenca del río Júcar y el 29-O es cierto que envió cuatro correos electrónicos a Emergencias, pero obvió hasta en 15 ocasiones su propio protocolo, que exige a los técnicos enviar una alerta cada vez que el caudal de la rambla supera los 150 metros cúbicos por segundo. Por desgracia, tal como narra la exclusiva de Jorge Calabrés, esas alertas que nunca llegaron se produjeron entre las 17:25 y las 18:43 horas, cuando el barranco pasó de esos 150 m3/s a casi 2.000 m3/s. Es decir, el Poyo llevó cuatro veces más agua que el Ebro.