Sánchez «el Estado» y Teresa Ribera «la Patria»
El portavoz oficioso del gobierno y ministro de Transportes y Movilidad, Óscar Puente, es conocido por su prudencia y mesura a la hora de emitir opiniones sobre sus adversarios políticos, y entrevistado por La Vanguardia ha pontificado con un titular de portada dominical: «La desinformación es el nuevo golpismo en España». En definitiva, se trata de seguir el guion oficial que su líder supremo decretó en la ONU proclamando ante la Asamblea General -en una sala semidesierta- que «los bulos y la desinformación son la gran amenaza para las democracias del mundo».
La acogida a tan grave peligro anunciado fue de un interés perfectamente descriptible como es sabido, y en especial por los estadounidenses, que han dado la Casa Blanca a Trump (con Elon Musk asociado a él) con la mayoría absoluta del voto popular, así como en la Cámara de Representantes y el Senado. Tiene el sanchismo por tanto un poco difícil que ese alarmista discurso cale de verdad entre la ciudadanía mundial, pese a que ya comienzan a darse de baja de la red social X los medios hostiles al nuevo presidente. Pero no acaban ahí las perlas de sus declaraciones, ya que, al hablar sobre la tragedia de la DANA y el cambio climático como posible causa de ello, afirma que no quiere especular y que se ciñe a los hechos: «tengo 56 años y nunca había conocido una cosa igual». Y que «un debate científico no puede convertirse en una discusión completamente irracional y gravemente nociva para la población». Quizás, si en lugar de 56 hubiera tenido algún año más de edad, habría podido vivir la tragedia de las inundaciones del Vallés barcelonés de 1962 o las del Turia de 1957, por no remontarnos a siglos anteriores.
De lo que se desprende que el cambio climático depende de su edad y que ha comenzado con el sanchismo. Para culminar su tan fundamentado razonamiento, se refiere a Teresa Ribera diciendo que la estrategia del PP respecto a ella es «contra la patria»; (sic). Es decir que no sólo es contra Sánchez «que es el Estado» -emulando a Luis XIV-, sino contra la misma nación, ya que Teresa Ribera es la Patria. En consecuencia, oponerse a la decisión de Sánchez de que Ribera sea vicepresidenta de la Comisión Europea corre el riesgo de ser considerado como un delito de traición a la Patria y juzgado por un Tribunal Militar. Ante el rigor y profundidad de tales argumentos solo cabe la opción de asumirlo y dejar de ejercer la oposición política al sanchismo para no ser juzgado por un Tribunal militar. Aunque quizás sea una desinformación golpista.