La España de Sánchez es ya un estado fallido: Llegan a Canarias otros 254 ilegales subsaharianos en menos de 24 horas
Siempre ha habido fronteras, como hay puertas en las casas. El limes diferencia la civilización de la barbarie, como en la antigua Roma. Hay vallas que diferencian la luz de las tinieblas, que distinguen la libertad de la esclavitud.
Nuestro país está siendo asaltado de forma masiva por tierra, mar y aire. Las fronteras no están para pasarlas ilegalmente. Las de España parece que están para lo contrario: para saltarse. Lo dijo el PP con inacostumbrada claridad: si es preciso, y parece que lo es, las Fuerzas Armadas deben pasar a cuestionar la seguridad de ese limes. Los cuerpos y fuerzas de seguridad carecen de recursos legales y material adecuado para hacer frente a la tarea encomendada.
Si alguien quiere proponer que España abra sus fronteras para subvencionar a todos los desheredados del mundo y ofrecerles sanidad y educación gratis que lo diga, pero será tan estúpido como Sánchez. Ni España tiene esa capacidad, como es dramáticamente notorio, pues según UNICEF hay 2,2 millones de niños españoles con desnutrición, ni hay economía que lo sostenga, ni tiene lógica alguna destruir España en aras de los sentimentaloides complejos de culpa de los denominados progres de izquierdas y de derechas.
Estamos hartos de esos progres. La gente sensata está harto de esos irresponsables progres demoledores de nuestra sociedad, frívolos enemigos de nuestra civilización. La gente sensata se ha hartado de los políticos que siguen los dictados de esos progres sin cordura ni ilustración. Los españoles no somos ni responsables, ni mucho menos culpables, de los problemas de las poblaciones de otras naciones. Deben resolver sus problemas, no crearnos a nosotros otros, que ya tenemos bastantes. Cuando el imperio romano relajó su limes, se vino abajo.
La gente sensata está por el sentido común. Las fronteras y las vallas se defienden con las armas, por supuesto, no con mantequilla de Burgos, ni con soflamas de meapilas laicos, casi siempre subvencionados. Con el dinero de otros hacen fiesta los devotos.
Nadie, nunca, debe entrar ilegalmente en España ni en ningún otro pais. Y el que lo intente debe saber a qué se arriesga. Una frontera no es un juego, ni un capricho, ni un coladero, como no lo es la puerta de las casas. Sería ocioso explicar que la fortaleza es siempre, a la postre, más humanitaria, que la compasión peligrosa. Pues una actitud débil incrementa las avalanchas y sus riesgos.
Nos están exportando excedentes de población sociedades atrasadas y subsidiadas, sin cultura del trabajo. Para evitar esta invasión silenciosa, pero de alto riesgo, hay fronteras, hay vallas. Más allá de las fronteras está la barbarie. Las fronteras españolas deben ser impenetrables. A día de hoy es un cachondeo. El felón que vive en la Moncloa lo permite porque cifra la entrada masiva de ilegales en términos electorales.
Llegan a Canarias otros 254 ilegales en menos de 24 horas
Salvamento Marítimo ha desembarcado en las últimas horas en Gran Canaria a 46 personas que iban en un cayuco y que fueron avistadas, a 111 kilómetros al sur de la isla, por el buque portacontenedores “Damieta Express”, lo que eleva a 254 las últimas llegadas de migrantes en menos de 24 horas.
La localización de este cayuco por el carguero se produjo minutos antes de las seis de la tarde de ayer, lo que se comunicó al centro de Salvamento Marítimo en Las Palmas, ha informado este sábado a un portavoz de la sociedad estatal a Efe.
Los controladores marítimos movilizaron a la Salvamar Macondo, cuya tripulación rescató a las 20:37 de anoche a esas 46 ilegales, todos varones y de origen subsahariano que se encontraban en aparente buen estado de salud, según la información aportada por Cruz Roja. Todos ellos fueron desembarcados en el municipio de Arguineguín a las 22:40 horas.
Previamente, Salvamento Marítimo había rescatado el viernes por la tarde a otras 326 personas, entre ellas tres bebés, en dos cayucos localizados por veleros en ruta al sur de Canarias.
El primer rescate lo hizo la Salvamar Adhara a unos 90 kilómetros al sur de El Hierro, al poner a salvo a 141 personas (104 varones adultos, 24 mujeres y 13 menores, tres de ellos bebés) naturales de Senegal, Gambia, Guinea y Nigeria y cuya embarcación precaria había partido hacía siete días de Senegal.
A su llegada a La Restinga, un varón adulto fue asistido de un dolor abdominal, al igual que uno de los bebés, que llegó con fiebre, según han informado fuentes del dispositivo que les recibió a pie de muelle.
La segunda operación la llevó a cabo desde La Gomera la Guardamar Talía, movilizada para auxiliar a otro cayuco avistado a unos 185 kilómetros al sur de Tenerife. A bordo iban 67 personas, entre ellas cinco mujeres y un bebé, que fueron desembarcados en el puerto de Los Cristianos (Tenerife) sobre las 22:15 horas.
España está acabada, no tiene remedio. España es un país de viejos, en 10 años, con la mortandad debida a la edad de los españoles más la hecatombe por las “vacunas” (no hemos visto ni siquiera el principio de la escabechina), la población nativa quedará reducida a la mitad. La otra mitad, población extranjera con unas tasas de reproducción africanas se volverá mayoría en dos telediarios más. Y España será historia. Eso es lo que quieren los españoles. Pues lo tendrán. Sigan viendo la tele, con el fútbol, con la playa y con las fiestas pueblerinas.
El rebaño, está desconcertado, miedoso y sin saber qué hacer. Influye ese miedo, y mucho, en que desde generaciones, se ha machacado en que lo mejor es pasar desapercibido, cualquier espontaneidad nos lleva al repudio de la sociedad. Asi, nos hundimos en el barro, sin osar asirnos a la salvacion, ni siquiera protestando.