El chantaje de Puigdemont y la corrupción sin freno llevan al límite al Gobierno de Pedro Sánchez
ED (R). -El Gobierno no se había repuesto de la nueva declaración judicial de Víctor de Aldama y este miércoles llega la de Begoña Gómez. Más la enésima arremetida de Carles Puigdemont, que anoche en TV3 retó a Pedro Sánchez a que convoque elecciones generales si no es capaz de aprobar los Presupuestos de 2025. Más los palos en la rueda de Podemos. Más Esquerra y el renovado liderazgo de Oriol Junqueras. La traca final del año 2024 está siendo nefasta para los socialistas. Sánchez ya está pensando en desaparecer unos días con su familia en cuanto ofrezca la rueda de prensa de balance el próximo lunes. Después no habrá Consejo de Ministros hasta el martes 7 de enero.
En el Gobierno llegan a estos últimos días de 2024 cansados y con la moral baja. Es como si les hubieran adelantado la cuesta de enero a diciembre: el chantaje de Carles Puigdemont les agota y achicar el agua de corrupción -sin demasiado éxito- les consume el resto del tiempo y las energías.
Este martes, Sánchez trató de ganar tiempo con Junts aplazando la decisión de la Mesa del Congreso sobre la admisión o no a trámite de la proposición no de ley de los independentistas instando al presidente a someterse a una cuestión de confianza. La reunión que el viernes pasado mantuvieron ambos partidos en Suiza no sirvió para avanzar en las negociaciones que mantienen abiertas -traspaso de competencias migratorias a Cataluña, senda de estabilidad y Presupuestos- y el PSOE decidió frenar antes de dar un paso en falso.
Los socialistas aspiran a ofrecer un trato a Puigdemont para que retire la iniciativa antes de que la Mesa del Congreso tenga que decidir sobre su idoneidad o no. «Llevamos un año y medio de legislatura y casi siete en el Gobierno. Desde el principio había gente que decía que caíamos, pero nuestra tabla de salvación siempre han sido las conversaciones discretas con todo el mundo», señalaba este martes un ministro, tratando de pensar en positivo.
El acercamiento entre el PP y Junts
En mitad del río revuelto, ayer continuó el acercamiento entre el PP y Junts, emprendido la semana pasada. Gracias a los votos de los populares, el Senado aprobó dos enmiendas de Junts al paquete fiscal del Ejecutivo (una de ellas para rebajar el IVA de los alimentos básicos al 4 %). Por su parte, Junts se abstuvo en todas las enmiendas del PP. Y el PNV se abstuvo en la del impuesto a las energéticas. El paquete volverá el jueves al Congreso para su aprobación definitiva, con las enmiendas de la Cámara Alta. A ver qué hacen catalanes y vascos, porque los impuestos del Ejecutivo pueden sufrir cambios.
La asociación de intereses entre Alberto Núñez Feijóo y Junts tiene a los socialistas nerviosos, por más que repitan desafiantes que los independentistas catalanes no se atreverían ni se atreverán a apoyar un gobierno del PP con Vox. El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, cargó este martes contra el PP por hacer «declaraciones de amor» a quienes hace nada llamaban «golpistas y delincuentes». «Ahora ya no les importa negociar y pactar con ellos para echar a Pedro Sánchez», se quejó.
El mismo López se refirió ayer con el término «papelito» al manuscrito que Víctor de Aldama enseñó el lunes al juez (no el original, sino un pantallazo) y en el que, supuestamente, Koldo García le detallaba de su puño y letra los contratos amañados en el Ministerio de Transportes de José Luis Ábalos.
Los socialistas dedicaron este martes casi todos sus esfuerzos a desacreditar las últimas revelaciones del corruptor, que por primera vez cruzó el Rubicón al acusar al PSOE de financiación ilegal. «Si tiene pruebas que las aporte y, si no, que deje de ensuciar a gente honrada», le retó el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, desde la sala de prensa del Consejo de Ministros.
Por la tarde, María Jesús Montero estuvo en el Senado, pisando los cristales rotos por Koldo García delante del juez: el exasesor de José Luis Ábalos reconoció que pudo haberse reunido en un bar con Aldama y con el jefe de Gabinete de la vicepresidenta primera, Carlos Moreno, a quien el empresario acusa de haber recibido una mordida de 25.000 euros. «¿Cómo va su mano?», preguntó con sorna la portavoz del PP en el Senado, Alicia García, a la también ministra de Hacienda, que en dos ocasiones ha afirmado poner la mano en el fuego por Moreno. «Feliz Navidad para su grupo y para todos los grupos de esta cámara. El espíritu navideño no ha hecho mella en el grupo popular, siguen como llegaron, en esa estrategia de acoso y derribo», respondió ella con sorna.
Este miércoles, las miradas están puestas en la nueva declaración como imputada de la mujer del presidente ante el juez Juan Carlos Peinado. En la anterior, la del 19 de julio, Gómez se acogió a su derecho a no declarar. En la víspera, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de la reforma de la ley orgánica del derecho de rectificación, metiendo así una marcha más a su controvertido Plan de Acción por la Democracia. Que es, al fin y al cabo, la venganza de Sánchez contra la prensa crítica por el caso Begoña.
Sin olvidar la última sesión de control al Gobierno en el Congreso del año. Si ya la anterior acabó en naufragio para el Ejecutivo, ésta tampoco será fácil para Sánchez y sus ministros. Abrirá fuego Feijóo preguntando al presidente si «cree que atacar a las instituciones del Estado es «un comportamiento digno de un presidente», en alusión al «acoso judicial» que Sánchez dice sufrir.
Podemos tampoco ha querido perderse la particular despedida de año de los socios parlamentarios del Gobierno. El partido de Ione Belarra amenazó este martes con tumbar la aprobación definitiva de la Ley orgánica de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia en el Pleno de este jueves si el PSOE no se compromete a derogar la enmienda que salió adelante con el voto erróneo de Bildu y ERC: una del PNV para reformar la Ley de enjuiciamiento criminal y agilizar los desahucios de viviendas okupadas.
Y en enero volverán las oscuras golondrinas al balcón del Ejecutivo: el tira y afloja con Junts, los objetivos de deuda y déficit públicos, los Presupuestos, la cuadratura del círculo de la quita de la deuda catalana comprometida con ERC hace más de un año y la declaración del hermano del presidente como imputado el 9 de enero.