Carlos Rodríguez Braun (La Razón) Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, también está todo el rato insistiendo en que nuestra economía va muy bien. Como un cohete, dijo. Se ve que habla poco con los contribuyentes. Y tampoco piensa en los del futuro.

Se enorgullece Warren de nuestro crecimiento, por encima del de nuestros socios comunitarios. No debería. Según el último informe del Instituto Juan de Mariana, «de 2019 a 2023, bajo el gobierno de Pedro Sánchez, España es el tercer país que más ha incrementado los ingresos públicos, elevándolos en 3,6 puntos del PIB mientras la Unión Europea los reducía, en promedio, en 0,3 puntos». Con estos ingresos crecientes, sin embargo, España mantiene el desequilibrio de la Hacienda Pública, siendo «el tercer país de la Unión Europea con mayor déficit (5,4 por ciento del PIB, frente al 3,1 del promedio comunitario)». No tenemos, por tanto, déficit por falta de ingresos, sino por el gasto excesivo. Como consecuencia, «la deuda pública ha crecido con fuerza en España y, en la actualidad, alcanza los 32.320 euros por habitante; somos el cuarto país con mayor deuda de la UE, cuando hace dos décadas ocupábamos el puesto 13 en dicho ranking».

Según el IJM, el pasado 7 de diciembre fue el Día de la Deuda, es decir, el día a partir del cual no hay ingresos para sufragar el gasto de las Administraciones Públicas, que se financia con más deuda. Concretamente, 104.652 euros por minuto.

Pero nótese, además, que estamos hablando de la deuda explícita. No es toda la deuda. La Seguridad Social comporta un pasivo gigantesco para el futuro, porque el Estado se compromete a financiar las pensiones bajo un sistema que no tiene ingresos suficientes para hacerlo. En consecuencia, esa brecha debería en puridad ser computada en la deuda pública total. Concluye el IJM: «La deuda implícita del sistema de pensiones asciende, según las previsiones de Bruselas, al 507 por ciento del PIB. Somos, por tanto, el país de la UE que ha formulado un mayor volumen de promesas a sus futuros pensionistas».

Warren Sánchez está encantado de haberse conocido, eso es indudable. Pero sus políticas demagógicas e irresponsables comportan un oneroso saldo negativo que será descargado, pronto o tarde, de una forma u otra, sobre las carteras de los españoles.