Comedia de Sánchez y Puigdemont
Jesús Rivasés.- Miguel de Cervantes (1547-1616) defendía que «las comedias tienen sus sazones y tiempo, como los cantares». Pedro Sánchez y Carles Puigdemont en la última y más fascinante –eso sí, ya demasiado larga– comedia política actual, aunque quizá sería mejor tildarla de «tragicomedia, como La Celestina, en donde Fernando de Rojas (1465-1541) escribe «no es vencido sino el que cree serlo». El líder del Junts, a la espera de una amnistía que no acaba de llegarle, mientras el Gobierno sonríe, amenaza al inquilino de La Moncloa si no prospera su órdago de una cuestión de confianza. Todo no deja de ser una comedia –interminable– porque los «indepes» del todavía prófugo de Waterloo no tienen ninguna intención de tumbar al Ejecutivo y mucho menos de propiciar, por ahora, elecciones adelantadas. Ahora sus siete votos son decisivos, pero nadie sabe qué ocurriría tras otros comicios y, aunque pudieran recuperar la hegemonía «indepe» ante una previsible debacle de ERC, el riesgo es enorme y nunca hay nada seguro con las urnas de por medio.
Puigdemont, «de pillo a pillo», quizá no ha reparado en que, con su exigencia imposible de la cuestión de confianza, le hace un favor a Sánchez, justo cuando el presidente está agobiado y con demasiados frentes abiertos. Le permite, sin otros daños colaterales que no sacar adelante los Presupuestos –algo que entra en sus cálculos–, escenificar que se planta ante los «indepes» justo cuando acaba de enviar a María Jesús Montero a la reconquista de Andalucía, muy sensible al trato de favor al separatismo catalán. La última exigencia del líder de Junts, que hoy rechazará la Mesa del Congreso de los Diputados, no deja de ser un sazonador de la comedia en curso que, sin duda, nadie desea saborear en La Moncloa, pero poco más. Puigdemont le hará cada vez más la vida imposible a Sánchez, pero tampoco le dejará caer, porque no le interesa y ambos lo saben. Por eso, a pesar de los momentos complicados y de tensión extrema, órdagos imposibles y plantones para la galería, los dos siguen adelante con un nuevo acto de su comedia –tragicomedia para muchos– porque «las comedias tienen sus sazones y su tiempo», que ya lo escribió antes que nadie Cervantes.