El órdago de Abas
Es evidente que los palestinos saben jugar al mus con la opinión pública. De ahí que dominen la técnica del órdago, convencidos de que incluso cuando provocan situaciones explosivas, son vistos como víctimas. No importa que no hayan cumplido ninguna de las resoluciones que afectan al conflicto, como la 242, que obliga al reconocimiento de Israel, o la 338 que insta al fin de los hostigamientos violentos. No importa, porque el mundo ha decidido que es Israel quien no las cumple. Y es cierto, pero ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?
¿Cómo se pueden cumplir las resoluciones de un conflicto si una de las partes se las pasa por salvase la parte? Tampoco importa que las zonas cercanas a Gaza vivan con misiles diarios sobre sus cabezas y se cuenten por miles los que han caído sobre territorio israelí. No importa, porque el mundo ha decidido que sólo hay un agresor, y por supuesto es Israel. Y así convivimos sin inmutarnos con años de terrorismo. Por no importar tampoco importa la educación en el odio de generaciones de palestinos, comandados por un Hamas que milita en una ideología misógina, antioccidental y tiránica. No importa porque siempre tendremos un colono radical para enseñar en la televisión, como si fuera equiparable el fenómeno del fundamentalismo islámico planetario, a los religiosos judíos. Y ello no significa que no sean un problema, pero Israel ha demostrado que cuando se ha avanzado en la paz –léase el Sinaí o Gaza– los colonos han sido desalojados.
Sin embargo, tampoco importa la historia real, porque el relato inventado sobre el conflicto casa mejor con los prejuicios de unos y los intereses de casi todos. Y ¿qué importa que este pequeño país esté rodeado de miembros de la ONU que financian organizaciones que quieren destruir a Israel? ¿Qué importa si en realidad a pocos les importa la supervivencia de los israelíes?
Por ello tampoco importa que Irán avance en su proceso nuclear y ya esté produciendo uranio, a sabiendas de que ha amenazado a Israel con la destrucción total. ¿Irán? ¿A quién le preocupa Irán mientras tengamos a Israel para culparlo de todos los males? Y desde luego no importa que todos los actos israelíes hayan respondido a guerras o ataques de sus enemigos, porque un solo tanque moviéndose por Cisjordania ya señala la eterna culpa judía. Por ello mismo, no importará nada que el órdago de Mahmud Abas al Consejo de Seguridad no sirva para avanzar en la resolución del conflicto, porque ayudará a cuajar la foto de la víctima y el culpable y así los devoradores de israelíes que pululan por el mundo podrán confirmar su visión maniquea. No importa nada porque lo que importa de verdad no es la creación de un Estado palestino, sino la desestabilización permanente del Estado israelí. De ahí que el órdago sea útil. ¿Para acabar con el conflicto? Muy al contrario, para agudizarlo.