Recientemente nos hemos encontrado en Torremolinos con el despido de 59 trabajadores municipales, concretamente 29 pertenecientes directamente al Ayuntamiento, 15 de SAMSET y otros 15 de LITOSA, ambas empresas públicas. Esto probablemente no sea más que la punta del iceberg, ya que no creo que el Ayuntamiento despida al personal porque no tiene para la nómina de este mes, sino más bien porque el dinero ni está, ni se le espera.

La responsabilidad del Partido Popular por llegar a este extremo es mayoritaria puesto que lleva más de 16 años al frente del consistorio y el día 23 de mayo no encontró nada que no dejase el día antes. Vamos, que Pedro Fernández Montes tenía tan clara su victoria que debió decir aquello de “no eches la llave que vengo enseguida”.

Aquí no se han encontrado 167.000 facturas pendientes de pago, como le ha pasado a Cospedal en Castilla-La Mancha, pero para ser justos sí que debemos decir que la responsabilidad es suya, ya que poder cumplir con las previsiones presupuestarias de ingresos que aprobó su Gobierno, especialmente en urbanismo, era tan probable como acertar a la lotería, es decir, cuestión de suerte. Pero existen más culpables. En la oposición encontramos al PSOE criticando la situación y apuntando a la previsión de los presupuestos diciendo que “se hizo de forma errónea y falsa”, aunque esto para mí no es lo mismo: si es errónea es que el PP se equivocó y si es falsa es que nos engañó; el resultado será el mismo pero la intención no. Yo más bien creo que fue un “infla los ingresos para que esto cuadre y que sea lo que Díos quiera”.

En cualquier caso el señor Ortiz, como líder del PSOE en Torremolinos, debería ofrecer a la población una explicación convincente de por qué su partido se empeña en atascar el PGOU desde la Junta de Andalucía y después, como se dice en el golf, medir bien su golpe para no sacar la bola de la calle, puesto que una parte del problema nos la envía certificada su secretario general Rodríguez Zapatero por empeñarse en ser el peor presidente del Gobierno que jamás hemos tenido, con políticas de despilfarro electoralista y la demagogia fácil de “la culpa es del PP y no del cha, cha, cha” y cosas así.

En estos casos es de respuesta obligada en nuestro Ayuntamiento un “mira quién habla”. Lo que nos quedamos sin saber es el criterio empleado por el ayuntamiento para ver a quién le toca ir al paro, pero tal vez debió empezar por el hijo de Esperanza Oña, alcaldesa popular de Fuengirola, ya que las funciones que realiza por 60.000 euros pueden ser realizadas por muchos jóvenes de Torremolinos que están en paro y por poco mas de un tercio de lo que él cobra. Puede que así se hubiesen despedido a dos trabajadores menos, por algo se empieza.

Por último debemos concienciarnos todos de que los despidos producidos porque no hay dinero para nóminas, son igual de serios cuando se producen en una empresa privada que cuando es en el ayuntamiento, y no verlo como inconcebible en un sitio y normal en otro, porque el resultado para el afectado es el mismo: ¡EL PARO! Con una diferencia, que en la empresa privada no se puede decidir subir impuestos, tasas o precios públicos para ingresar más y no despedir, en la empresa privada es al contrario, se bajan, se pierden los márgenes y la presión fiscal resulta ser el pie en el cuello del derribado.

Este sistema político-egocéntrico revierte en que el ayuntamiento despide a 59 y los empresarios a 590 derivados de la repercusión de las decisiones políticas realizadas mirando a una veleta de intereses de partido. ¿Hacia dónde sopla hoy? Según sople así decido. Los ciudadanos debemos concienciarnos de que no somos del uno o del otro, que no nos han comprado (bueno a algunos si) que no tenemos que votar siempre lo mismo y a los nuestros para bien o para mal. Debemos ser “consumidores políticos” y buscar quién tiene la mejor propuesta por un coste razonable para darle nuestro voto. Después, a vigilar que el elegido cumpla con su parte del acuerdo.

*Coordinador de UPyD Torremolinos y miembro del Consejo Político de Andalucía.